Cuando los números de una empresa empiezan a ser color rojo, la primera sensación que se apodera de los socios es la angustia.
En este punto es vital hacer todos los esfuerzos para evitar la quiebra. Y para ello el experto en reestructuración de empresas, Arturo Álvarez Demalde, no solo ofrece su visión de cómo salvar a la organización del inmimente colapso, sino que además con la experiencia adquirida en distintas industrias -como la de alimentos, maderera, aviación, bienes raíces y telecomunicaciones, entre otras-, conoce las claves para tener un negocio exitoso, tras superar la crisis.
Habla el experto
Con una metáfora de una situación de salud, Arturo Álvarez Demalde inicia la exposición de su tesis que le ha permitido reestructurar empresas en América, Europa y Asia: “Siempre digo que una empresa en restructuración es como un paciente en terapia intensiva,.porque con un médico capaz, tomando las decisiones, se debe actuar sin demoras, cortar la hemorragia y hacer lo que sea necesario para salvar la vida. Una vez que el paciente pasó la crisis, debe readaptarse para volver a caminar y retomar la vida normal”.
-¿Ante lo que pudiera ser una inminente quiebra, qué es lo primero que deben hacer los dueños y allegados de la empresa?
– Lo fundamental es la capacidad de implementación y celeridad en las decisiones. Es una cuestión de supervivencia empresarial y es en beneficio de todos los que dependen de la empresa.
-Pero en esa “celeridad decisiones”, hay trabajadores que temen quedar desempleados, lo que pudiera atentar contra la meta de reestructurar la empresa…
-Eso es cierto desde el punto de vista del colectivo popular, que cree que las reestructuraciones de empresas se relacionan con procesos donde ganan unos pocos y la mayoría pierde. Sin embargo, las reestructuraciones que permiten la supervivencia de una empresa favorecen a la mayoría de los actores involucrados o dependientes de la empresa. Si la empresa sigue funcionando, los empleados conservan su trabajo, los proveedores su cliente y los clientes su proveedor. Cumplen un rol social importante.
Hay que lograr que trabajadores, sindicatos y acreedores remen juntos
-¿Y cómo se logra generar ese ambiente favorable entre todos los que conforman la empresa para conseguir una exitosa reestructuración?
-Lo primero es alinear los intereses de todos los que tienen que ver con la empresa en una visión de mediano y largo plazo. Esto facilita enormemente una restructuración y los sacrificios a corto plazo que ella conlleva. Para ello hay que comunicar, comunicar y comunicar. Hay que dejar claro el costo de las alternativas a la restructuración para cada uno y crear incentivos para actuar en consenso y evitar el ‘sálvese quien pueda’.
-Uno de los puntos más complejos en esa etapa es la negociación con los sindicatos…
-Claro, es una realidad en todas partes, pero hay que hacerle entender al sindicato las consecuencias de una restructuración fallida y lo que implica eso para sus agremiados, cómo las familias que dependen de ese trabajo se quedarán sin ingresos y lo que ello impactará en sus vidas. Una vez que todos visualizan ese escenario, se hace mucho más fácil conversar sobre los sacrificios que se deben hacer en el corto plazo, como el corte de horas extras o reducción de beneficios.
-Okey, pero una vez que se logra convencer a todos en la empresa de los sacrificios que se deben hacer para tener una reestructuración exitosa, se suma otra complicación: Los acreedores… ¿cómo incorporarlos también al objetivo de rescatar la empresa?
-El diálogo con los acreedores financieros es fundamental. Con ellos hay que compartir un análisis de liquidación, como alternativa a la restructuración, y el impacto negativo que tendría sobre sus acreencias en comparación con un proceso de reestructuración exitoso donde todos colaboran… pero ello solo será posible con una palabra que es clave en este mundo de los negocios: Confianza. Hay que dar certidumbre de cobro a los acreedores financieros, presentando un plan real de pagos, tratando de alargar los plazos y reducir el monto nominal de la deuda, pero cumpliendo.
Cómo hacer que la reestructuración funcione
-Entramos en la etapa de plena ejecución de los planes de reestructuración de la empresa: ¿Cuál sería el primer movimiento que haría dentro del organigrama de la organización?.
-Aconsejo poner a cargo de esa reestructuración a alguien nuevo. Un nuevo management es capaz de hacer cosas que el anterior no puede; no es una cuestión sólo de capacidad sino generalmente porque el management anterior ya ha tomado compromisos que son difíciles de cambiar y que son una barrera para la restructuración.
-¿Y para este management cuál debería ser su prioridad?
-Evitar la quiebra de la empresa. La razón por la cual las empresas quiebran en última instancia es porque se quedan sin dinero. De allí la frase ‘Cash is King‘, por lo tanto, una restructuración es una carrera contra el tiempo. Esto puede significar reducir los márgenes de ganancia de los socios.
Aquí 5 consejos claves del experto Arturo Álvarez Demalde para conservar y generar el flujo de efectivo de una empresa:
1. Acortar los plazos de pago de los clientes: Esto puede implicar un descuento de pronto pago que reduzca los márgenes pero provee a la empresa de efectivo tan necesitado.
2. Optimizar el inventario al mínimo: Inventario es dinero inmovilizado. Para ello hay que tener efectivos procesos y alcanzar acuerdos para poner en cabeza de los proveedores o clientes el inventario en la cadena.
3. Vender activos improductivos que no generan ingresos: Edificios y máquinas sin uso, marcas sin movimiento, etc. También son comunes las operaciones de “sale & lease back”, en las que se vende un activo y se lo alquila para seguir utilizándolo. Es bueno para generar ingresos pero reduce los márgenes.
4. Cortar líneas de producto o canales de distribución con márgenes variables negativos: Esto es un forma rápida de conservar dinero, generalmente a costa de participación de mercado.
5. Centralice las compras y ventas en el gerente general: Así hay una sola cabeza que decide cómo disponer y priorizar el poco dinero que hay. Ir al jefe a pedir plata automáticamente hace reflexionar a todos si realmente es necesario realizar el gasto, generando así una cultura de ahorro.