A un adulto mayor intentaron sustraerle dos dientes de oro. El hecho ocurrió en el tramo Ocumare-Charallave
La madrugada de ayer, delincuentes hicieron de las suyas dentro de una unidad de pasajeros de la línea Unión Chara.
El colectivo partió a las 4:30 de la madrugada desde el terminal de Ocumare del Tuy con destino a Charallave. A la altura de la urbanización Jardines de Betania, aún en jurisdicción del municipio Lander, el bus hizo su primera parada y tres individuos se montaron, sin despertar ninguna sospecha, ya que parecían trabajadores, según el chofer.
A los pocos minutos que el conductor arrancó, estos tres sujetos, pistola en manos, cantaron un quieto. Desesperados, algunos viajeros optaron por lanzarse del vehículo y correr, mientras que el resto permaneció en sus asientos.
Dos de los pillos cubrieron sus rostros con capuchas y obligaron al conductor a recortar la marcha y desviarse por un camino de tierra, frente a la urbanización Valle Alto 1.
Tras haber recorrido unos 200 metros de trocha, otros tres sujetos encapuchados y armados salieron de la zona boscosa, en espera que el autobús se aparcara.
Acto seguido, los malhechores obligaron a los usuarios a bajarse de la unidad y una vez fuera del colectivo, procedieron a despojarlos víctimas de sus pertenencias. Relojes, celulares, dinero en efectivo y carteras formaban parte del botín. Lo más sorprendente fue que a un adulto mayor intentaron quitarle dos dientes de oro. Los pillos conminaron al conductor a buscarles un alicate, pero como no tenía, desistieron de la idea. Al parecer se les estaba haciendo tarde.
Descalzos, sin chaquetas y con los bolsillos vacíos los pasajeros regresaron al autobús, mientras los antisociales huyeron hacia la zona boscosa.
El conductor regresó al terminal de pasajeros de Ocumare y los usuarios tuvieron que volver a sus hogares, sin cumplir con sus actividades de día y con la impotencia que deja ser víctima del hampa.
A diario, por lo menos seis unidades del transporte público son robadas en el tramo Ocumare-Charallave y viceversa, ante la mirada indiferente de las autoridades.