Francisco explicó que los ortodoxos «son hermanos y hermanas nuestros, discípulos de Jesucristo, pero que, por situaciones históricas, pues, hemos acabado aquí»
El papa Francisco pidió ayer que «jamás se haga proselitismo con los ortodoxos» y que «nunca se les condene», durante el encuentro que mantuvo con seminaristas, religiosos y fieles católicos en la iglesia de la Inmaculada en Tiflis.
«El proselitismo es un pecado contra el ecumenismo. Jamás se debe hacer proselitismo contra los ortodoxos», dijo el Papa en Georgia, país transcaucásico donde la mayoría de la población pertenece a la Iglesia ortodoxa, citó Efe.
Francisco encontró a unos trescientos católicos consagrados y también a algunos fieles y escuchó varios testimonios, uno de ellos sobre el ecumenismo, el camino de unión de los cristianos y los obstáculos que está teniendo.
«Dejemos a los teólogos que estudien esto», dijo el Papa contestando de manera improvisada a los testimonios.
Añadió que lo que se tiene que hacer con los «vecinos ortodoxos» es «ser abierto» y «serles amigo» y «nunca forzarles para que se conviertan», agregó.
Francisco explicó que los ortodoxos «son hermanos y hermanas nuestros, discípulos de Jesucristo, pero que por situaciones históricas, pues, hemos acabado aquí».
«Nunca condenarles. Solo amistad y caminar juntos. Rezar uno por el otro y hacer obras de caridad juntos cuando se puede. Esto es el ecumenismo», agregó Francisco.
El viaje del Papa a Georgia está marcado por el deseo de trazar puentes con los ortodoxos.
El patriarca ortodoxo georgiano, Elias II, fue al aeropuerto a recibir al Papa y después lo acogió muy cordialmente en la sede del Patriarcado.
Sin embargo, esta mañana estaba previsto que una delegación ortodoxa participase en la misa que el pontífice celebro en un estadio de fútbol de Tiflis, pero finalmente no acudieron.
«Respetamos su decisión», afirmó el portavoz del Vaticano, Greg Burke.
Valora a la mujer
El Papa valoró la importancia de la mujer, de las madres y las abuelas, para transmitir la fe, durante el encuentro que mantuvo con seminaristas, religiosos y fieles católicos en la iglesia de la Inmaculada en Tiflis.
Durante su segundo y último día de visita a la transcaucásica Georgia, el Papa se reunió con unos trescientos católicos entre consagrados y fieles y escuchó varios testimonios, citó Efe.
Después improvisó un discurso y al respecto de las dificultades de ser «firmes en la fe» contó la historia de una anciana procedente de Georgia, de unos 80 años, que conoció en su viaje a Armenia.
«Era una mujer humilde, muy humilde, y me ha saludado con amor. Había llegado a Armenia después de ocho horas y llevaba varias horas esperando para encontrarme. Al día siguiente me la encontré en otra ceremonia», relató.
Francisco explicó que cuándo la preguntó por qué había ido otra vez a verle a pesar del cansancio, ella dijo: «Esto es la fe».