La justicia alemana anunció este martes que renunciaba a investigar a un humorista, autor de una sátira contra el presidente turco Recep Tayyip Erdogan, que había provocado en la primavera (boreal) una crisis diplomática entre Alemania y Turquía.
Este caso llegó a las altas esferas políticas. La canciller alemana, Angela Merkel, recurriendo a un antiguo texto de ley, autorizó a la fiscalía a iniciar un proceso por «insultos a un representante de un Estado extranjero», delito que contempla una pena de hasta tres años de prisión.
El pasado 31 de marzo, el humorista Jan Böhermann leyó en la televisión un poema donde calificaba al presidente turco de pedófilo y zoófilo.
«Los resultados de la investigación demuestran que ningún acto criminal ha podido ser probado», indicó la fiscalía de Maguncia, en el oeste de Alemania, en un comunicado.
Una caricatura o una sátira no es un insulto, cuando «la exageración de las debilidades humanas» no contiene «denigración grave a la persona», según la fiscalía. AFP