Quienes se niegan por cuestiones religiosas, obedecer a las autoridades terrenales y cumplir las leyes dictadas en el país donde viven, están desvirtuando el verdadero significado de las Santas Escrituras.
Si bien es cierto que en la Biblia se nos exhorta a no confiar en el hombre sino solo en Dios, también se nos enseña a cumplir con nuestros deberes ciudadanos y así lo dice el propio Jesucristo cuando los fariseos le preguntaron si era lícito pagar tributo al César.
“Mostradme la moneda del tributo. Y ellos le presentaron un denario. Entonces le dijo: ¿de quién es esta imagen y la inscripción?. Le dijeron: de César. Y Él les dijo: dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”. Lucas 20:24-25.
Mientras las leyes del hombre no vayan en contra de la ley y la voluntad de Dios, debemos acatarlas y con ello daremos el mejor testimonio como cristianos, de no haber sido así Jesucristo lo hubiese dado a los fariseos otra respuesta.
En el evangelio de Mateo, capitulo 17, versículos 24 al 27, también Jesucristo nos da una lección de obediencia a las autoridades terrenales, pagando los impuestos, cuando en Capernaum le preguntaron a Pedro si su Maestro no pagaba tributo y Él le dijo a Pedro: “….para no ofenderles, ve al mar y echa el anzuelo y el primer pez que saques tómalo y al abrirle la boca hallarás una moneda, tómala y paga el impuesto por ti y por mí”.
Somos ciudadanos del cielo, no somos de este mundo pero estamos en el mundo y el mejor ejemplo que debemos dar como hijos de Dios, es ser responsables, honestos y justos: “…vence con el bien, el mal”, Romanos 12:21.
El cristianismo no es una religión, es entregar nuestra vida a Jesucristo y aceptarlo como nuestro Señor y Salvador.
Dios te bendiga y te guarde. Hasta el próximo encuentro con La Palabra de Dios.
Lic. Beatriz Martínez (CNP 988) beaperiodista@hotmail.com