«Se rociaron de gasolina para ver quién sobrevivía», comentó un oficial. Jhonatan Williams Rangel Chourio (37) y su hermano menor querían limar asperezas, primero se amenazaron con cortarse la cabeza y luego buscaron una pimpina de gasolina, cada uno roció al otro con la mitad del combustible en su cuerpo y se prendieron fuego mutuamente, comentó uno de los testigos a un oficial.
Ninguno de sus parientes intervino hasta que los vieron arder. Los apagaron, los montaron en una carro particular y los trasladaron del sector Caño Muerto, parroquia Urribarrí de Colón, hasta el Hospital General de Santa Bárbara.
Los médicos atendieron a las víctimas, a Jhonathan le diagnosticaron heridas de segundo y tercer grado en el pecho y la espalda, mientras que su pariente presentaba quemaduras en al menos 70 por ciento y por su estado crítico lo remitieron al Hospital Universitario de Los Andes.
El caso lo denunciaron a la Policía científica y asignaron a un funcionario a la custodia del quemado, quien permanece en la emergencia del centro de salud. El caso se investiga como una riña familiar. Se desconoce los motivos de la pelea, pero todos coincidieron en que era por asuntos triviales.