El máximo tribunal español anuló el jueves la prohibición local de realizar corridas de toros en Cataluña al afirmar que viola una ley nacional que protege el espectáculo.
El Tribunal Constitucional sentenció que las autoridades catalanas pueden regular los espectáculos públicos e incluso prohibirlos, pero que en este caso prevalece la decisión del Congreso nacional de que la tauromaquia es parte de la tradición cultural de España.
Cataluña prohibió las corridas en 2010. Las Islas Canarias lo hicieron en 1991.
La decisión catalana fue parte del movimiento creciente para prohibir los espectáculos taurinos, pero también fue un paso más en el proceso regional de secesión.
La prohibición tuvo escasas consecuencias en la práctica, ya que la única plaza de toros en funcionamiento en la región era la de Barcelona, su capital.
El gobierno catalán dijo semanas atrás que no se volvería a permitir las corridas en la región. La última corrida en Cataluña se celebró en 2011, antes de que entrara en vigor la prohibición.
El fallo del constitucional respondió a una demanda contra la prohibición por el Partido Popular del presidente interino Mariano Rajoy.
Cataluña dijo que prohibía las corridas para proteger a los toros, pero no vedó otras fiestas populares de la región, en las que se sueltan toros con bolas de cera encendidas o fuegos artificiales sujetos a los cuernos.
Las corridas y toda clase de eventos taurinos de verano siguen siendo de gran popularidad en España, aunque los grupos defensores de los animales han logrado algunos avances en su prohibición.
Últimamente, una veintena de poblaciones han recortado los fondos municipales para las corridas o aprobado medidas de condena.
Cataluña es una región rica y poderosa con su propia lengua y cultura, y al igual que otras regiones del país goza de un alto grado de autonomía. El gobierno regional actual impulsa un referendo por la independencia para separarse en 2017. España ha dicho que no lo permitirá.
AP