Al menos cinco personas murieron después de que el súper tifón Haima se abatiera sobre el norte de Filipinas con fieros vientos y lluvias durante la noche, inundando localidades y obligando a miles de personas a huir antes de debilitarse el jueves y poner rumbo al mar de la China Meridional, según autoridades.
Los vendavales y la lluvia de Haima habían reavivado el temor y los recuerdos de la catástrofe provocada por el tifón Haiyan en 2013, pero el jueves no había noticias en un primer momento sobre daños graves.
Sí se registraron fallos de comunicación y apagones de electricidad en varios pueblos aislados de la ayuda del gobierno y los rescatistas por árboles derribados, deslaves e inundaciones.
Casi 100.000 vecinos fueron evacuados de poblaciones en riesgo ante la llegada del tifón, lo que ayudó a evitar un número mayor de bajas.
Sin embargo, dos trabajadores de construcción murieron cuando un deslizamiento de tierras sepultó su cabaña en la ciudad de La Trinidad, en la provincia montañosa de Benguet.
AP