Nadie quedó atrapado entre los escombros y no hubo reportes de heridas severas. La única muerte fue atribuida a un ataque cardiaco en un hombre de 73 años
Las autoridades trataban apresuradamente de encontrar albergue el jueves para miles de personas desplazadas por un par de terremotos que sacudieron la misma región central de Italia azotada por un poderoso sismo en agosto, tratando de prevenir una segunda noche para ellas en las calles o en coches.
Los dos temblores del miércoles por la noche sucedieron con dos horas de diferencia, lo que significó que muchas personas estaban en lugares seguros para cuando el segundo, más poderoso, azotó, derribando muchos edificios históricos que habían sobrevivido sacudidas previas.
Nadie quedó atrapado entre los escombros y no hubo reportes de heridas severas. La única muerte fue atribuida a un ataque cardiaco en un hombre de 73 años.
Miles de personas salieron corriendo a las calles en medio de un aguacero y muchas durmieron en sus autos, pues era demasiado tarde para que las autoridades encontraran albergues de emergencia. El gobierno dedicó el jueves 40 millones de euros (43,6 millones de dólares) para la reconstrucción, al tiempo que funcionarios de defensa civil dijeron que la prioridad es encontrar hoteles y otros lugares para albergar a los afectados.
«Tenemos que evitar que la gente duerma en coches y tiendas de campaña», dijo el jefe de la agencia de protección civil de Italia, Fabrizio Curcio. «El plan es llevar a la gente a hoteles y entonces encontrar soluciones temporales con más calma».
Los alcaldes de pueblos esparcidos en la región montañosa desde Umbria hasta Marche dicen que muchas más viviendas quedaron inhabitables, aparte de las destruidas por el poderoso terremoto de agosto. En Ussita, el alcalde Marco Rinaldi dijo que el pueblo había sido «devastada», con 80% de las casas ahora inhabitables.
La prefecta de Macerata, Roberta Preziotti, dijo que los residentes pudieron reaccionar rápidamente al primer sismo porque era temprano aún.
«Y para cuando ocurrió el segundo, más fuerte, nadie estaba en sus casas. Hubo una pronta reacción gracias a la hora del día, que permitió una inmediata evacuación», le dijo a The Associated Press.
Para algunas personas en la región montañosa, la segunda sacudida fue más fuerte que el sismo del 24 de agosto que mató a casi 300 personas. Los sismólogos y una serie de temblores más pequeños fueron secuelas de aquel sismo.
La presidenta de la región de Umbria, Catiuscia Marini, dijo a la televisora estatal RAI que las autoridades tratan de encontrar albergues temporales, conscientes de que con el invierno cerca no se puede depender de tiendas de campaña, como se hizo en agosto. Las preocupaciones por la población predominantemente anciana de la remota región montañosa fue repetida por otros funcionarios.