En Caracas y los Altos Mirandinos, los octogonales operan irregularmente, sin horarios definidos y sin garantía de insumos y medicinas. Los que permanecen abiertos padecen el descuido y la escasez de algunos medicamentos esenciales
La falta de insumos y la ausencia de médicos han marcado la operatividad de los módulos de la Misión Barrio Adentro, una iniciativa del expresidente Hugo Chávez creada hace 13 años para brindar atención médica primaria a través de un convenio con Cuba, el principal aliado político e ideológico del Gobierno.
Tras más de una década de creación, el modelo de atención primaria no ha logrado escapar de la crisis de salud que enfrentan los hospitales de la región central del país. Su tarea de estar dentro de los sectores populares, a la mano de las necesidades de las comunidades, quedó desdibujada, pues aunque algunos permanecen abiertos, no prestan servicios con regularidad y no cuentan con el abanico de medicamentos que los pacientes demandan.
En un recorrido por los módulos de Barrio Adentro en los Altos Mirandinos y el Área Metropolitana de Caracas, se evidenció que 3 de cada 10 no están operativos las 24 horas del día, carecen de personal y no están dotados de suficientes insumos ni equipos médicos.
Dos días de atención a la semana
La comunidad de Las Cadenas es una de las zonas populares de la capital de Miranda. Enclavada en una zona de difícil acceso, su índice poblacional es bajo. Los habitantes manifiestan que, desde hace aproximadamente dos años, el Barrio Adentro I de la localidad -que abarca la red de consultorios populares- presta el servicio en contadas ocasiones.
Denuncian que el lugar no tiene suficientes médicos ni insumos, lo que determina su apertura solo dos días de la semana. “Antes se veía abarrotado de pacientes, hoy no viene nadie porque nunca trabaja”, relató el vecino Carlos García.
Miriam Meléndez, miembro de la comisión de Salud del consejo comunal del 23 de Enero en Los Teques, precisó que desde hace cinco meses los módulos no reciben medicamentos por parte de la Dirección de Salud. Dadas las precarias condiciones y el déficit de insumos, en la actualidad los módulos reciben menos de seis pacientes al día, indicó.
La situación se repite en los bloques de El Paso, en donde los vecinos aseguran que el ambulatorio de Barrio Adentro que opera en la zona no cumple un horario fijo; “simplemente trabajan cuando pueden o quieren”.
“Nosotros lo vemos abierto a veces, unos días sí y otros no; no estamos muy seguros, lo que sí sabemos es que cuando lo hemos necesitado, pocas veces ha funcionado”, comentó la vecina Elina Bastidas.
En busca de récipes
Un médico cubano, encargado de un módulo del 23 de Enero, indicó que a este dispensario acuden principalmente adultos mayores en busca de récipes para solicitar tratamiento.
El doctor, quien reservó su identidad, admite que ha sido difícil que los ciudadanos entiendan la importancia de la atención primaria de salud, pero señala entre sus logros que las personas han dejado de ir al hospital y tienen más conciencia sobre la prevención. “La gente siempre vendrá cuando está enferma, pero lo ideal es que se hagan un chequeo de rutina al menos una vez al año”, afirmó.
En el ambulatorio del 23 de Enero carecen de material de papelería para hacer récipes; pero cuentan con medicinas que procuran ofrecer solo a los habitantes cercanos que, con frecuencia, acuden al dispensario. Cada tanto organizan también jornadas de vacunación.
Aunque los médicos de las zonas visitadas coincidieron en que cumplen con las visitas casa por casa, los vecinos consultados desconocen la ejecución de esta labor. “Yo no los he visto, por mi casa no han pasado y casi nunca voy al módulo porque no lo he necesitado”, dijo Adriana Rodríguez, vecina de San Agustín, donde cuenta con un módulo octogonal que está ubicado dentro de un complejo residencial.
En los Altos Mirandinos señalan que los médicos visitan las casas solo para comer o de visita, no como consulta preventiva.
Algunos octogonales abandonados
De ocho módulos visitados -en El Valle, El Cementerio, San Agustín, San Martín, 23 de Enero y Catia- dos están abandonados. Uno de los módulos, ubicado en Los Flores de Catia, tiene cinco años cerrado, de acuerdo con los vecinos que aseguran que el centro no contaba con personal ni insumos. “No tienen ni estetoscopio”, aseguró un residente de la zona.
En Alta Vista aún está la estructura abandonada de lo que sería un módulo en la calle Italia, en una zona declarada de alto riesgo tras las lluvias de 2010. “Eso lo abren cuando hacen vacunaciones solo una vez al año y cuando hacen mercados a cielo abierto; de resto eso ha permanecido cerrado”, indicó la vecina del sector, Neyda Villarreal.
Otros consultorios, como el de Pinto Salinas, han sucumbido al descuido. En su interior, pasillos oscuros permanecen llenos de personas que hacen cola para ser atendidas. Los pacientes se quejan por el mal olor que se desprende de uno de los sanitarios clausurados. “Estamos en un ambulatorio y no parece”, advirtió una paciente.
La desidia ha sido aprovechada por el hampa. “Los baños se han convertido en el lugar perfecto para los drogadictos, y los pacientes y doctores han sido víctimas del hampa en reiteradas oportunidades”, expresó el paramédico Edinson Carmona.
En Los Teques, en la comunidad de El Nacional, el módulo también está en abandono e inconcluso. “Aun cuando al médico integral tiene la disposición de trabajar, le toca hacerlo con las manos”, lamentó el vecino José Perera, quien cuestiona que el personal vaya a trabajar en condiciones no óptimas.
Aseguró que en el centro no hay insumos para el corazón o la tensión y ni siquiera para bajar una fiebre a un niño en horas nocturnas, pues el módulo no opera las 24 horas del día por seguridad.
Buscan medicamentos escasos
Pese a que el abanico de medicinas a disposición de la comunidad es restrictivo, algunas personas acuden a los módulos en busca de remedios, en un contexto de escasez de medicamentos que, de acuerdo con cifras de la Federación Farmaceútica de Venezuela (Fefarven) alcanza un 85 %.
Fue el caso de una mujer con ocho meses de embarazo, quien se acercó al módulo de Barrio Adentro I del sector Las Marvilas de El Valle. “¿No tendrá este medicamento?”, le preguntó a la enfermera. “No, mi amor, no me ha llegado ácido fólico”, fue su respuesta. “Buena parte del tercer trimestre del año, no nos han llegado medicamentos, incluso nos han reducido las entregas”, le contó la enfermera.
El personal del módulo asegura que diariamente atienden a personas que buscan tratamientos para diversas patologías, especialmente crónicas. Ante la escasez de fármacos que se agudiza en las farmacias comerciales, los ciudadanos acuden hasta los módulos de Barrio Adentro I en busca de medicinas que son traídas a través de la Misión Médica Cubana y se ofrecen gratuitamente.
La médica de cabecera del módulo, Lelis Martínez, señaló que al ambulatorio -que presta servicio de medicina preventiva y odontología- lo surten con lotes de 102 medicamentos esenciales que, en teoría, deben ser otorgados a 16.473 personas que viven en las cercanías del sector.
“En las últimas semanas, no hemos tenido Losartán -que se utiliza para la hipertensión- ni ninguna de sus presentaciones y en el módulo buscan mucho ese medicamento porque no se consigue en las farmacias ni en los hospitales. Las medicinas que llegan, como paracetamol y protectores gástricos, se les da a las personas censadas de la comunidad que les corresponde acudir a este módulo. Cuando no les podemos dar algún fármaco, le damos un récipe a la persona con seis o siete sustitutos para que lo busquen en Sefar (Servicio Autónomo de Elaboraciones Farmacéuticas) y allí se los dan”, aseguró.
En otros ambulatorios de Barrio Adentro de la capital, el personal médico ha percibido el mismo panorama. “Sí, hemos recibido mucha gente buscando tratamientos, especialmente para diabetes, pero en el módulo priorizamos la entrega a unas 1.580 personas que están censadas en este módulo”, señaló el médico de un octogonal situado en El Cementerio, quien reconoció que la demanda de personas solicitando fármacos es mayor.
Algunos pacientes corren con suerte en la búsqueda. Kathielys Luces, de 16 años, tiene una niña de 3 años -con diarrea y vómito- y aseguró que no ha tenido inconvenientes para conseguir fármacos en el módulo, en San Martín. Allí le han podido dar solución oral, paracetamol y cotrimaxol en jarabe.
En cambio, Erninda Solís no ha podido conseguir Pregabalina. “Acá se consiguen algunos medicamentos para la diabetes y anticonceptivos, pero no el que requiero”, indicó.
Aunque en la memoria y cuenta 2015 del Ministerio de Salud, documentan que con el convenio Cuba-Venezuela se aprobaron 2.359 millones de bolívareS para la adquisición de medicamentos que pasarían a fortalecer la anuencia de fármacos en los centros pertenecientes a las misiones Barrio Adentro I y II, en los módulos recorridos no hay suficientes medicinas para cubrir la necesidad de los enfermos.
En el texto de Memoria y Cuenta se reflejan un total de 75 millones de consultas en el año, de e4sta cifra que refleja el Ministerio de Salud 47.635.099 atenciones fueron en consultorios populares.
“A los pacientes solo se les suministra el medicamento de su enfermedad para cinco días, por lo que debe regresar a la semana siguiente para completar el tratamiento y se le suministra si el centro dispone de la medicina. Anteriormente se le proporcionaba tratamiento por 15 días”, detalló Margarita Matheus, supervisora del CDI Amelia Blanco.
Operan con limitaciones
Más allá de la Misión Barrio Adentro I, la memoria y cuenta 2015 del Ministerio de Salud refleja que el año pasado hubo una disminución de los servicios médicos ofrecidos por los Centros de Diagnóstico Integral (CDI), Salas de Rehabilitación Integral (SRI) y Centros de Alta Tecnología (CAT), pertenecientes a la etapa II de la Misión Barrio Adentro.
La cantidad de exámenes médicos practicados en los CDI cayó 17,62 % de 34,5 a 29,3 millones en un año; mientras que el número de cirugías practicadas descendió 25,61 % comparado con 2014. En ese período, se dejaron de salvar 349 vidas.
Los consultorios populares son los que se encuentran en peores condiciones, mientras que los CDI, las SRI y los CAT “aún se mantienen en buenas condiciones”, aseveró la doctora Lauren Gallardo.
En el CDI Carrizal, localizado en el municipio Carrizal del estado Miranda, se observó que la infraestructura se encuentra en condiciones favorables, aunque algunos de los exámenes que realizaban anteriormente, no se practican ahora por falta de reactivos y medicamentos como analgesicos, antipiréticos, antihipertensivos, así como tratamientos para enfermedades crónicas severas. Tampoco se atienden emergencias de accidentes de tránsito o heridos en hechos violentos por fallas en el personal especialista.
Situación similar se vive en el CDI y SRI Amelia Blanco, en la avenida Andrés Bello de Caracas. El centro, que trabaja las 24 horas del día, cuenta con servicios de medicina interna, laboratorio clínico, emergencia, rayos X, endoscopias, ecosonogramas, rehabilitación y oftalmología, pero al momento del recorrido no contaba con reactivos para realizar perfiles hormonales, los cuales se hacían antes con regularidad.
La sala de hospitalización tiene solamente cuatro camas, por lo que la mayoría de los pacientes son referidos a otras unidades de diagnóstico con disponibilidad.
(Tomado de elpitazo.com)