La firma mortal de Chikatilo era que le mutilaba los ojos a sus víctimas, llegando de esta forma a acabar con la vida de 53 personas hasta que, finalmente, fue detenido y sentenciado a la pena capital, ejecutado de un tiro en la nuca en 1994
“Yo soy un error de la naturaleza, una bestia enfadada”, fueron las palabras que usó para definirse a sí mismo, durante su juicio, Andrei Chikatilo, posiblemente el peor asesino en serie de Rusia. Su actividad criminal lo llevó a perpetrar al menos 53 asesinatos, por lo que llegó a ser conocido como “El carnicero de Rostov”.
Vivía una doble vida, por un lado, un señor casado, trabajador y miembro de la sociedad comunista del momento; y por otro, un despiadado homicida que disfrutaba con impunidad de sus horrendos crímenes. Fue un hombre con problemas sexuales que vivió en Rostov del Don, una ciudad a unos 800 kilómetros de Moscú, Rusia, donde atrajo a la mayoría a sus víctimas.
Andrei actuaba, principalmente, en las estaciones de ferrocarril y de autobuses. Tenía propensión al destripamiento, la mutilación, el canibalismo y el sadismo. Después de doce años de actuar impunemente, finalmente fue descubierto en 1990.
Del introvertido Andrei…
Nació en Ucrania el 16 de octubre de 1936, en una pequeña aldea en tiempos de hambruna. Lo más cruel para el pequeño Andrei y su hermana había sido escuchar en el regazo de su madre cómo su hermano mayor, Stepan, había sido raptado y devorado, lo cual marcó su vida para siempre.
En la escuela era muy introvertido, humillado por sus compañeros, se limitaba a escuchar y a aguantar. A medida que iba creciendo, se hacía más tímido con las mujeres, hasta el punto de hacer fracasar su primer intento sexual, por eyacular en pocos segundos mientras abrazaba a una chica, por lo que de ahí surgieron los primeros rumores de su impotencia.
A pesar de su problema, pudo encontrar una esposa y tener dos hijos. Era un marido trabajador, un padre tranquilo y un respetado miembro del partido comunista. En la escuela en la que trabajaba, sus alumnos se reían de él, lo llamaban afeminado y hasta lo sacaban de las aulas a patadas. A pesar de que Andrei no hacía nada para evitarlo, después de cierto tiempo, empezó a llevar un cuchillo a su trabajo.
… Al despiadado asesino
El 22 de diciembre de 1978, Chikatilo mató por primera vez. Abordó en la calle a una niña de nueve años de edad y la convenció para que se fuera con él a una cabaña que poseía en las afueras de la ciudad. Una vez allí, la desvistió con violencia y accidentalmente le hizo un rasguño del que brotó sangre, hecho que le propició una erección inmediata, estableciendo el vínculo fatal entre sangre y sexo.
El 3 de septiembre de 1981 asesinó a su segunda víctima, Larisa Tkachenko, de 17 años de edad. La convenció a ir con él al bosque para tener relaciones sexuales, pero falló en el intento, por lo que ella se burló de él. Ésto lo enfureció, perdió el control, la estranguló y eyaculó sobre el cadáver.
Su tercera víctima fue Lyuba Biryuk. La acuchilló 40 veces en el bosque y le mutiló los ojos, lo que se volvería algo común en sus crímenes en lo sucesivo y se convirtió en su firma mortal. Asesinó a tres personas más ese año y entre ellas se encontraba su primera víctima masculina, Oleg Podzhivaev, de nueve años de edad.
A estas alturas, la prensa y la policía estaban enloquecidas con el asesino en serie. El modus operandi era siempre el mismo: sus víctimas (niños, niñas y chicas jóvenes) se encontraban en los bosques, con indicios de violencia y sadomasoquismo y en ocasiones les faltaban partes del cuerpo.
En 1984 asesinó a 15 personas y mientras el tiempo entre sus asesinatos iba disminuyendo, el número de víctimas iba en ascenso. Ya la policía lo seguía, siendo Viktor Burakov y el coronel Fetisov, los hombres a cargo de la investigación, quienes decidieron vigilar las estaciones de trenes buscando a cualquier persona hablando con los muchachos o las muchachas jóvenes.
Chikatilo fue descubierto en la estación de tren cuando intentaba seducir a niños. Los detectives lo detuvieron y lo llevaron a la comisaría, pero no encontraron indicios suficientes para dejarlo en prisión. El perfil del asesino fue hecho por el doctor Bukhanovsky, psicólogo ruso principal, quien lo denominó asesino X y concluyó que no era un homosexual y que tampoco tenía esposa y niños. Estaba equivocado.
Años más tarde, la policía volvió tras la pista de Andrei. Lo buscaron, hallaron un corte en su dedo y sus órganos genitales tenían abrasiones, mientras que, en su bolso, encontraron su cuchillo de cocina. Chikatilo fue interrogado, terminó confesando y explicó cómo consiguió la satisfacción sexual de asesinar y de mutilar. También añadió su placer por el canibalismo. Admitió por lo menos 53 asesinatos y también condujo a policía a algunas víctimas sin descubrir.
La razón por la que Andrei Chikatilo mutilaba con furia los ojos de las personas que mataba era porque creía que los ojos de las víctimas mantenían una imagen del asesino después de muertos. Fue condenado de muerte y ejecutado en 1994 con un tiro en la cabeza.
Sádico prudente
Los psiquiatras que analizaron el caso lo calificaron como un sádico prudente que no sufría ningún trastorno que pudiera sugerirle ver que sus actos estaban mal, por lo que se diagnosticó que era legalmente cuerdo. Andrei Chikatilo presenció su juicio sentado en un cubículo de metal, desde donde, un día, se quitó la ropa y meneó su pene gritando: “Fíjense que inutilidad, ¿qué piensan que iba a hacer con esto?”
HISTORIA DEL CRIMEN / Edda Pujadas / @epujadas