Tres personas, dos de ellas civiles malienses y un casco azul togolés, murieron este domingo en un atentado perpetrado en Douentza (región de Mopti, en el centro de Mali) contra un convoy de la Misión de la ONU en Mali (Minusma).
De acuerdo con un comunicado de Minusma, los atacantes, de identidad desconocida, colocaron un artefacto en una carretera que explotó al paso del convoy, tras lo cual comenzaron a disparar contra sus ocupantes.
Además, hay siete cascos azules togoleses heridos, tres de ellos en estado grave.
La Gendarmería maliense abrió una investigación para determinar por qué había civiles dentro del convoy de la ONU, algo que está prohibido.
Este domingo ocurrió otro ataque, en este caso contra un cuartel de las Fuerzas Armadas Malienses en Gourma Rhaous, aunque no hubo muertos, pero sí abundante robo de material militar.
El grupo yihadista de Ansar Dine reivindicó ese ataque, perpetrado por su “katiba” (célula) de Ahmed Koufa, y dijo que lograron hacerse con cinco vehículos militares, además de destruir otros cinco.
El comunicado de Ansar Dine desmiente así la información propagada la pasada semana por el presidente del Alto Consejo Islámico, Mahmud Dicko, quien dijo que Iyad Ag Ghali, fundador y máximo jefe de Ansar Dine le había escrito una carta declarando el alto el fuego en sus actividades.
El ataque tuvo lugar apenas un día después de que la Presidencia de Francia confirmara la muerte el sábado de un soldado galo a consecuencia de la explosión de una mina al paso de un convoy blindado por el norte de Malí.
Malí atraviesa un periodo de inestabilidad desde que los yihadistas secuestraran la revuelta tuareg de 2012 y se adueñaran del norte del país africano, lo que precipitó una ofensiva militar apoyada por tropas francesas.
Las operaciones militares han logrado contener la insurgencia islamista pero la inestabilidad ha continuado, con múltiples ataques en el norte y el centro de Malí que han socavado el proceso de paz auspiciado por Naciones Unidas.
YM