El descarrilamiento se ha producido poco después de las 6.00, en el comienzo de la hora punta, y numerosos pasajeros quedaron atrapados en el interior de los vagones volcados. Algunos de los 50 heridos se encuentran en situación grave y el alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, ha advertido de que el número de víctimas mortales podría aumentar.
El tren descarriló cuando tomaba una “pronunciada curva hacia la izquierda” que tenía un límite máximo de velocidad de 12 millas por hora (19,3 kilómetros por hora), según la investigación que trata de esclarecer las causas del accidente. Los tranvías no están equipados, según las mismas fuentes, con mecanismos de seguridad que activen los frenos automáticamente cuando circulan a una velocidad superior a la permitida.
Los testigos relataron un fuerte estruendo en la estación, antes de que los servicios de emergencia llegaran al lugar, pasados 13 minutos de las seis de la mañana. “Escuché un sonido chirriante y después un gran golpe”, relataba a la BBC Andy Smith, que esperaba al autobús en una parada cercana. “Miré a las vías y vi una carnicería. Había muchos gritos, pánico y conmoción. Era una escena macabra”, añadía.
«Un número de personas han sido trasladadas al hospital con lesiones y, lamentablemente, parece que ha habido algunas pérdidas de vidas», dijo la Policía de Transporte británica en su página web a primera hora de la mañana. Posteriormente, la policía confirmó cinco fallecimientos.
Se trata de la única red de tranvía que opera en Londres y empezó a operar en mayo del año 2000. La línea tiene 28 kilómetros de longitud y 39 paradas. Está operada por la empresa Tram Operations Limited, y la empresa municipal de transportes de Londres (Transport for London) es responsable de la frecuencia, la ejecución, el mantenimiento y las obras de mejora. En el curso 2015/2016 la línea fue utilizada por más de 27 millones de viajeros.
Al menos 20 personas han sido ingresadas en el hospital Sant George, en Tooting, al sur de la capital británica, según ha informado BBC. Un portavoz del servicio de ambulancias de Londres ha asegurado que 51 personas habían sido trasladadas a varios hospitales, «algunas de ellas con lesiones graves». Ocho camiones de bomberos, cinco unidades especiales de salvamento y más de 70 bomberos están participando en las tareas de rescate, informa Reuters.
Un cordón policial ha rodeado el lugar de los hechos durante toda la tarde, mientras la policía examinaba los restos del tranvía. Los agentes tratan de determinar qué pudo suceder para que un viaje rutinario, en un día laborable cualquiera, pudiera terminar en una masacre. Miles de viajeros utilizan cada día el servicio para trasladarse a sus puestos de trabajo. EP
YM