Millones de estadounidenses decidían este martes su futuro entre dos candidatos antagónicos y con visiones opuestas: el magnate republicano Donald Trump, sin experiencia política, o la demócrata Hillary Clinton, quien podría convertirse en la primera mujer en llegar a la Casa Blanca. Al fin de una larga campaña de un tono sin precedentes, el mundo espera en vilo el resultado de esta elección presidencial, marcada por uno de los duelos más reñidos de la historia de Estados Unidos.
Los dos candidatos tenían previsto realizar «fiestas de la victoria» para esperar los resultados al final de la jornada, ambas en Manhattan, a apenas 3 km de distancia
Millones de estadounidenses votaron el martes para elegir a Hillary Clinton como su primera mujer presidenta o entregar el poder al impulsivo magnate Donald Trump, en un histórico duelo entre dos candidatos antagónicos que mantiene en vilo al mundo.
Al fin de una larga y reñida campaña plagada de insultos y ataques personales, los estadounidenses debían escoger como presidente entre una experimentada política y un ‘outsider’ populista.
Aunque Clinton, de 69 años, mantiene una corta ventaja de 3,3% según RealClearPolitics, Trump, de 70, aún puede triunfar. Las oficinas de votación ya han cerrado en seis estados, pero no se sabrá quién es el ganador hasta las 03h00 GMT del miércoles.
Por primera vez en la historia, el voto latino, que rompe récords cada cuatro años debido al crecimiento de la población, puede ser decisivo y ayudar a Clinton a alcanzar la Casa Blanca.
El miedo a una victoria de Trump, que ha dicho que los mexicanos son «violadores» y «narcotraficantes», y que si es elegido, construirá un muro en los 3.200 km de frontera con México y deportará a los 11 millones de indocumentados del país, ha movilizado a los hispanos, la primera minoría del país.
La mayoría de los latinos votan a Clinton, pero tradicionalmente acuden poco a las urnas.
Sin embargo, las encuestas muestran que el gigante dormido se está despertando. El voto hispano anticipado en Florida subió 75% en relación a 2012, en gran parte a los puertorriqueños que se han exilado en Estados Unidos. Y es muy difícil que Trump gane si es derrotado en Florida.
“Haciendo historia”
«Estamos haciendo historia, la gente está saliendo a votar», dijo en Miami el puertorriqueño Jimmy Torres, coordinador de la ONG Boricua Vota. «Es emocionante que nos toque este rol. Nosotros podemos tirar el juego para un lado o para el otro».
El propio Trump dejó entrever su desesperación y en Twitter pidió el voto en Florida.
«No se den por vencidos, sigan saliendo a votar; esta elección está LEJOS DE HABER TERMINADO! Nos está yendo bien pero hay tiempo de sobra. VAMOS FLORIDA!», tuitéo el candidato republicano.
En el barrio latino de East Los Angeles, para el mexicano estadounidense Margarito Salinas, de 88 años, la opción era fácil.
«Ese tipo es casi un nazi», dijo Salinas de Trump. «Yo le di mi voto a ‘La Señora'».
En Corona, Queens, el corazón hispano de Nueva York, la mexicanoestadounidense Rosa Hernández, de 34 años, cuenta que votó por «La Hillary» porque «tiene la cabeza un poquito más ordenada que Trump, que tiene mucho racismo, está lleno de odio contra los mexicanos y las mujeres, no está en sus cabales».
Una alegre Clinton votó temprano, poco después de las 08H00 locales en una escuela cerca de su casa en Chappaqua, en el estado de Nueva York.
«Espero ser recordada como alguien que comenzó a ayudar a sanar nuestro país, superar la división», dijo luego a la radio WOKQ, en unas de las seis entrevistas radiales que ofreció.
Donald Trump votó en una escuela cerca de la Trump Tower en Manhattan, bajo los abucheos de simpatizantes de su rival que le gritaban «¡Nueva York te odia!».
Con rostro serio, votó junto a su esposa Melania en cabinas distintas. «Fue una difícil opción», bromeó después.
Los dos candidatos tenían previsto realizar «fiestas de la victoria» para esperar los resultados al final de la jornada, ambas en Manhattan, a apenas 3 km de distancia.
La votación fue pacífica, pero al final del día un tiroteo que dejó un muerto y tres heridos en un barrio residencial de Azusa (40 km al este de Los Angeles) provocó el cierre anticipado de dos oficinas de votación cercanas. AFP