Más socialismo y más democracia, sin tiranía ni salvajismo
Democráticos, socialistas, social-cristianos, capitalistas, liberales, neo-liberales, marxistas, monárquicos, autocráticos y otros sistemas políticos, en sus diversas modalidades y justificaciones de gobernar, aplicando sus respectivas doctrinas e ideologías, personalistas y corruptas, han estigmatizado al pueblo como sinónimo de indigentes, proletarios, marginados, esclavos de conciencia, tontos útiles, sometidos a falsos propósitos de calidad de vida y zombis de pobreza, cuando el real concepto del ser humano, es de ser gente (con mayúsculas) en el más amplio sentido, sin distingos de raza, sexo, clase social y credo en un sociedad justa, en un gobierno justo y en definitiva en un estado de derecho justo, en donde deba existir un equilibrio de conciencia entre el bien común, la seguridad y la justicia. Es inaceptable el socialismo-marxista-comunista y tiránico, como lo es también rechazable la democracia capitalista, neo-liberal y salvaje. Por ello, es indefectible que el único sendero del buen camino para convivir en paz es una sociedad justocrática como infraestructura de todos los movimientos y partidos políticos. El bien común es la perfección de la justicia y la justicia debe ser ecuánime para la seguridad de la paz social. Por ello, el poder de lo justo es más allá de socialismo y más allá de la democracia, es la defensa del derecho a la vida, al trabajo, a la instrucción cívica y educación, a la vivienda, a la alimentación y medicinas, a la educación, a la recreación y deporte, a la cultura y a todos los derechos humanos como postulados programáticos de todo gobierno, subsumidos a los deberes a los que estamos obligados cumplir. Todo deber es correlativo a algún derecho y ello es insoslayable, díganlo o no las normas jurídicas. Es así que la libertad es un derecho, pero a la vez es el deber de respetar el derecho ajeno. La justocracia es un modelo de vida para un mundo más justo, es la sana convivencia para la felicidad colectiva sin demagogia ni tiranía, sin libertinaje ni opresión. El justocrático, liga del derecho justo, puede pertenecer y actuar en cualquiera organización política partidista, social o religiosa dentro del libre desenvolvimiento de su personalidad, sin ser carnetizados ni esclavos de conciencia. El ser humano nace libre y el Estado-gobierno no deberá ser el carcelero de su vida, sino el orientador de la felicidad en “auctoritas” de la sana convivencia social, del orden público y la paz, debiendo velar por esa libertad para el bien común, la justicia y la seguridad que son los fines del estado de derecho justo.
La Unión Justocrática es una asociación civil sin fines lucro, organización no gubernamental, fundada e inscrita en la Oficina de Registro hace más de quince años y cuyos fines esenciales han sido la búsqueda y defensa por voluntad, conciencia, moral y ética, de la sociedad justa.
Cesáreo José Espinal Vásquez
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