El CNE aprobó un reglamento inconstitucional, avalado luego por el TSJ, en el que dificulta al extremo la relegitimación y la legalización de los partidos, lo que significa que podría darse la situación de que sólo el PSUV y la MUD puedan participar en las elecciones de 2017
Debo insistir nuevamente en dos aspectos políticos fundamentales, que están ausentes en los temas acordados para el diálogo entre el Gobierno y la MUD, a los cuales tampoco le han prestado atención los medios de comunicación, ni las organizaciones políticas y sociales, con excepción del Observatorio Electoral Venezolano y de la alianza que organizan el MAS, Bandera Roja, De Frente con Venezuela, Democracia Renovadora, el Frente de Entendimiento Nacional y varios otros grupos activos en la vida nacional. Se trata de la necesidad de resolver la actual inexistencia legal de partidos políticos, fórmula imprescindible para lograr la participación plural de los venezolanos, y de rescatar la representación proporcional entre los votos obtenidos por los partidos y movimientos políticos y el número de sus representantes en los cuerpos colegiados de los distintos poderes.
Es llamativo que en el diálogo Gobierno-MUD no se discutan en forma prioritaria los dos aspectos señalados. Luego de las elecciones de diciembre solo existen en Venezuela los partidos PSUV y el llamado partido MUD, que es realmente una alianza de partidos, pero que extrañamente ha sido aceptado como partido por el CNE. Sus partidos integrantes, al no aparecer como participantes en las dos últimas elecciones, pues no se votó con sus tarjetas, tienen que recorrer todo el camino de su legalización, partiendo de su inexistencia actual. En el caso de los otros partidos del Polo Patriótico y de partidos no pertenecientes a ninguno de los mal llamados polos, deben solo relegitimarse, pues no obtuvieron el uno por ciento de los votos requeridos por la normativa vigente.
El CNE aprobó un reglamento inconstitucional, avalado luego por el TSJ, en el que dificulta al extremo la relegitimación y la legalización de los partidos, lo que significa que podría darse la situación de que solo el PSUV y la MUD puedan participar en las elecciones de 2017: regionales en junio y municipales en diciembre. Esto si al Gobierno no se le mete en la cabeza que la MUD, al no ser un verdadero partido, tampoco puede participar en dichos eventos. En el primer caso, la llamada polarización alcanzaría su máxima perfección, pues solo existirían dos partidos por los cuales votar. En ello están interesados y actuarían en consenso el Gobierno y la MUD. En el segundo caso, el Gobierno habría llegado a ser de “partido único”, algo que le debe gustar mucho a su macolla sectaria y continuista.
Adicionalmente, de nada sirve la existencia de muchos partidos si la ley solo da representación a los dos que lleguen de primero. Es por tanto necesario rescatar la proporcionalidad constitucional y acabar con el sistema electoral de carácter mayoritario existente, si queremos democracia y estabilidad.
Luis Fuenmayor Toro