Tres vacas neozelandesas parecían necesitar algo de ayuda el lunes, después de que un terremoto provocara deslaves de tierra a su alrededor y las dejara varadas en un pequeño islote de pasto.
Un video tomado por el servicio de noticias Newshub desde un helicóptero en la pequeña localidad de Kaikoura mostraba a dos vacas adultas y una ternera en un pedazo de tierra que había quedado aislado tras el sismo de magnitud 7,8 del lunes.
El trozo de pasto quedó rodeado de profundas zanjas, con los animales atrapados.
En un primer momento no estaba claro a quién pertenecía el ganado o qué se estaba haciendo para rescatar a los animales.
Kaikoura se encuentra cerca del epicentro del terremoto registrado durante la noche, y allí se produjo una de las dos muertes confirmadas. El sismo se sintió con fuerza al sur, en Christchurch, aunque causó muchos menos daños que un temblor de menor magnitud en 2011 que devastó la ciudad y mató a 185 personas.
Las 10 millones de cabezas de ganado en Nueva Zelanda superan de lejos a sus 4,7 millones de personas.
Dos fallecidos
Las intemperies dificultaban este lunes las operaciones de emergencia en Nueva Zelanda, donde un fortísimo terremoto de magnitud 7,8 causó la noche anterior dos muertos e importantes daños en las infraestructuras.
El temblor más importante, que se sintió en todo el territorio neozelandés, se registró a las 00H02 del lunes (11H02 GMT del domingo). Sacudió las regiones de la Isla Sur y su epicentro se localizó a 23 km de profundidad y a unos 90 km de la ciudad de Christchurch, ciudad en la que un sismo de magnitud 6,3 había dejado 185 muertos en febrero de 2011.
El balance era este lunes mucho menos elevado, porque el epicentro se situó en una zona rural relativamente alejada de los centros urbanos, y se produjo a mayor profundidad que en 2011.
En las horas que siguieron se registraron centenares de réplicas, algunas de una magnitud superior a 6.
Poco después del sismo, las sirenas de alerta de tsunami comenzaron a sonar en varias poblaciones de la costa de la Isla Sur y en la zona este de la Isla Norte. Olas de hasta dos metros alcanzaron las costas, pero luego la alerta fue levantada.
En numerosas regiones, además de los daños materiales ocasionados en las viviendas, las carreteras estaban bloqueadas, el servicio de trenes y la navegación de transbordadores se vieron interrumpidos y se constataron cortes de electricidad y de teléfono.
Pero según el ministro de Defensa civil, Gerry Brownlee, el balance de víctimas no se verá agravado.
AP / AFP