Cesáreo José Espinal Vásquez/cjev@cantv.net
La estructura del poder público del “Espíritu de la leyes” de Montesquieu define el peso y contrapeso de tres poderes fundamentales para la República: el Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial. El Legislativo y el Ejecutivo, de acuerdo a la vigente Constitución, mediante votación directa y secreta. El Poder Judicial, por designaciones, o sea, es un poder delegado por la Asamblea Nacional, pero esta misma Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en la organización del poder público nacional, creó el Poder Ciudadano, que se ejerce por el Consejo Moral Republicano, integrado por el Defensor o Defensora del Pueblo, el Fiscal o Fiscala General y el Contralor o Contralora General de la República, todos por delegación o sea, sin ser electos directamente en votación popular. Pero además, la Constitución de 1999 creó el Poder Electoral, que se ejerce por el Consejo Nacional Electoral, designados por la Asamblea Nacional, previas postulaciones. En total, la República de Venezuela, tiene cinco (5) poderes nacionales, dos (2) por elección directa, secreta y popular y tres (3) por delegaciones que le hace la Asamblea Nacional. Considero que una constituyente deberá reducir a los tres (3) poderes clásicos y no someter al país a una burocracia excesiva de poderes y entre poderes. La Asamblea Nacional es el poder público nacional que representa la pluralidad de los ciudadanos electores y por ende, sin ambages políticos en un Estado democrático, de justicia y justo, de bien común y seguridad, hacedor de las leyes, contralor político del Ejecutivo y examinador de las condiciones para ser magistrados del alto tribunal de la República, constituye el “plus ultra” del poder político del Estado. El Poder Legislativo no debe ser único en ideologías, sino en pluralidad de sanos criterios, opiniones y decisiones en beneficio de la patria. La bicamaralidad de Senado y Diputados no solo es para representar al pueblo sino a las entidades regionales por ello. Su correcta denominación debe ser Congreso Nacional. El parlamento actual, electo el 6 de diciembre, tiene la mayoría en el socialismo democrático (oposición) frente al socialismo marxista (gobierno). Ha sido una lucha tenaz que ha afrontado el Poder Legislativo frente las imprecaciones del Ejecutivo, del partido socialista marxista y de las sentencias de la Sala Constitucional y de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (Corte Suprema de Justicia, como deberá volver a llamarse). Se ha estado viviendo una lucha en contra del Poder Legislativo en deleznable recuerdo a Robespierre (1793) cuando afirmaba: «El terror no es más que la justicia rápida, severa e inflexible para repeler las actividades contrarrevolucionarias”, terminando en la guillotina Marat, Dantón y el mismo Robespierre y hasta el que inventó la guillotina. Al desincorporarse los tres diputados (arte de la guerra), se impone nueva elección en Amazonas y rescatar al Poder Legislativo.