Enfrentamiento en favela de Río crea jornada de “tensión y luto” en Brasil

Según familiares citados por el portal G1, del grupo O Globo, los 7 fallecidos en la favela Ciudad de Dios, tenían señales de haber sido apuñalados y torturados. YASUYOSHI CHIBA / AFP
Según familiares citados por el portal G1, del grupo O Globo, los 7 fallecidos en la favela Ciudad de Dios, tenían señales de haber sido apuñalados y torturados.
YASUYOSHI CHIBA / AFP

Las fuerzas de seguridad se abstuvieron de aproximarse a la zona conocida como Karaté, donde eran velados los siete jóvenes cuyos cuerpos aparecieron por la mañana entre los matorrales vecinos

Rio de Janeiro velaba el domingo a siete jóvenes de la favela Cidade de Deus tras una noche de enfrentamientos y, a pocos kilómetros, a cuatro oficiales que perecieron al estrellarse un helicóptero que prestaba apoyo a la intervención policial.

En un nueva jornada de luto y tensión en la ciudad que en agosto cerró el telón de unos luminosos Juegos Olímpicos, varias unidades del Comando de Operaciones Especiales (COE) y batallones de la comandancia policial de la zona oeste de Rio se desplegaron en la favela, densamente poblada.

«La operación policial (…) no tiene un plazo para concluir», dijo el secretario de Seguridad del Estado, Roberto Sá.
«Toda la favela está ocupada por la policía», refirió por teléfono a la AFP un habitante del lugar, que pidió el anonimato.

Las fuerzas de seguridad se abstuvieron sin embargo de aproximarse a la zona conocida como Karaté, donde eran velados los siete jóvenes cuyos cuerpos aparecieron por la mañana entre los matorrales vecinos, indicó.
Según familiares citados por el portal G1, del grupo O Globo, los fallecidos tenían señales de haber sido apuñalados y torturados.

Consultadas por la AFP, las autoridades indicaron que aún carecían de informes sobre la muerte de los jóvenes.
Sá aseguró que «la policía investiga las muertes» y «que no habrá tolerancia con cualquier exceso» por parte de las fuerzas de seguridad.

Armas y drogas

El último parte oficial señala que desde el sábado se habían «aprehendido tres fusiles (…), dos pistolas (…), así como 830 bolsitas de cocaína, 53 de crack y 653 de marihuana».

«El material se decomisó en una zona de matorrales de la comunidad, cerca del lugar donde cayó un helicóptero» que participaba en la operación, agrega el comunicado de la Policía Militar (PM), un cuerpo subordinado a las autoridades de cada uno de los Estados brasileños.

Aunque afirmó que todavía era pronto para sacar conclusiones, el secretario Sá adelantó al inicio de la tarde que, por el momento, no se habían encontrado señales de perforaciones por arma de fuego ni en los agentes fallecidos ni en el helicóptero, según recoge G1.

Los cuerpos de tres de los cuatro oficiales recibieron honras militares en la sede del Batallón de la Policía de Choque de Rio, indicó una periodista de la AFP. El cuarto oficial era velado en Resende (160 km al noroeste).

Durante la ceremonia de despedida, en presencia de familiares, un helicóptero sobrevoló el lugar arrojando pétalos de rosas. Los féretros fueron trasladados del lugar precedidos por motocicletas que tocaban sus cláxones.

Con 6,5 millones de habitantes y una enorme desigualdad social, Rio enfrenta altos niveles de criminalidad alimentados por bandas de delincuentes fuertemente armadas.

A partir de 2008, las fuerzas de seguridad ocuparon varias favelas que estaban en manos de narcos desde hacía 30 años y desplegaron Unidades de Pacificación (UPP) en esas barriadas carenciadas, en las que viven más de un millón y medio de personas, casi un cuarto de la población del estado de Rio.

Pese a que cerca de 10.000 efectivos operan en esos territorios, grupos de narcotraficantes tratan de retomar el control de algunas favelas, una contraofensiva que se hizo más visible con la crisis económica del país y la bancarrota financiera de este estado, el segundo más rico y poblado de Brasil.

En lo que va del año, 124 agentes fueron asesinados, la gran mayoría fuera de servicio, precisó Sá el domingo.

Jorge Svartzman
Claire de Oliverita Neto / AFP

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