A las dos de la madrugada del domingo asesinaron a tiros a Javier Alejandro Agostino, de 20 años.
El muchacho recibió un disparo en el pecho cuando estaba sentado en una moto, en la calle principal de Mamera I, donde había una fiesta pública.
Quien disparó fue un adolescente apodado «El Portu», quien es considerado un azote de la zona.
Jakeline Colmenares, tía del fallecido, dijo que ese pistolero disparó varias veces para calmar, según él, una pelea que se había suscitado en la fiesta.
Una de las balas le impactó a Javier Alejandro en el pecho y, aunque lo llevaron rápidamente al CDI de la zona, el muchacho ingresó muerto.
Jakeline dijo tener el luto intacto desde hace cinco años, pues en el año 2011 le mataron a su hermano (padre de Javier Alejandro) y a uno de sus hijos. Los dos fueron tiroteados en la misma zona.
«El hampa de Mamera me ha quitado tres familiares, solo uno siente este dolor tan grande. Lo único que pido es justicia, porque estamos cansados de que nos sigan matando», dijo la mujer.
El primero en ser asesinado fue Gabriel José Agostino, de 38 años, padre de Javier Alejandro.
Estaba en un motolavado esperando para que lo atendieran, cuando pasó un cortejo fúnebre por la zona y dispararon durante el homenaje al fallecido.
Un proyectil le impactó en la femoral y cayó herido. Lo trasladaron al hospital Pérez Carreño, donde falleció.
Luego, el 27 de marzo de 2011, mataron a Darwin José Rodríguez, de 22 años, hijo de Jakeline.
El joven estaba en una fiesta y llegaron varios funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), francos de servicio, y entraron a la fiesta.
Allí se formó una pelea y, según ella dijo, los policías mataron a su hijo y a otros cuatro muchachos.
Por este caso, los funcionarios estuvieron tres años presos, pese a que fueron condenados a diez.
«No descansaré hasta hacer justicia por mi sobrino. Basta de tanta impunidad. No tengo miedo de enfrentar a nadie, porque mi dolor y el de mi familia solo lo sentimos nosotros», dijo Jakeline. EU
MMijares