Hatem Abu Riziq solía merodear los angostos callejones del mayor campamento de refugiados en Cisjordania batallando al ejército israelí. Pero en estos días ha tornado el cañón de su fusil hacia la cúpula palestina.
La facción gobernante Fatá está desgarrada por disputas internas, y se libran intensos tiroteos entre fuerzas de seguridad palestinas y milicianos leales a Fatá, sumiendo el campamento de Balata en conflicto y caos.
La violencia, gran parte de ella dirigida al liderazgo palestino que muchos consideran corrupto y desentendido, se produce en momentos en que el movimiento se prepara para realizar una conferencia de líderes al final del mes y refleja la intensa lucha por el poder entre el líder de la facción Mahmoud Abbas y su exiliado rival Mohammed Dahlan, un antiguo colaborador que tiene el respaldo de algunos milicianos y activistas desafectos de Fatá.
«Ya no quiero combatir a Israel. No estoy dispuesto a morir por estos funcionarios que solamente se ocupan de sus familias y nos dejan sufrir», dijo Abu Riziq, de 30 años, que se pasó casi siete en una prisión israelí por asistir en un ataque suicida.
La violencia ha dejado una decena de muertos este año. Obsrevadores advierten que pudiera descontrolarse mientras persista la división en Fatá.
Abbas, de 82 años, está buscando elecciones para la cúpula de Fatá y la Organización de Liberación de Palestina, un movimiento dominado por Fatá, antes del fin del año, como parte de lo que funcionarios dicen es un esfuerzo más amplio para cimentar su poder y bloquea el regreso de Dahlan.
Abbas no tiene planes de renunciar ni designar un sucesor, pese a problemas recientes de salud que incluyeron quejas de fatiga. Aquellos que sean elegidos para encabezar Fatá y la OLP pudieran formar un grupo de sucesores potenciales, aunque no es probable que nadie se oponga a Abbas para el puesto.
La última convención de Fatá fue realizada en el 2009 y otra debió haberse celebrado en el 2014. Abbas la aplazó reiteradamente, porque Dahlan aún gozaba de fuerte respaldo y porque el líder palestino no tenía interés en realizar cambios. Desde entonces, muchos seguidores de Dahlan han sido purgados de Fatá.
La intensa posición de Abbas a Dahlan es tanto política como personal. A
Los dos hombres, que durante años fueron muy cercanos, entraron en conflicto luego que Dahlan hiciese apenas veladas acusaciones de corrupción contra los hijos de Abbas, Yasser y Tarek, en el 2010. Una corte palestina declaró culpable en ausencia a Dahlan de corrupción y él enfrentaría arresto si trata de regresar a Cisjordania. Dahlan vive actualmente en exilio en Abu Dabi.
Las elecciones de Fatá han sido programadas tentativamente para el 29 de noviembre, seguidas un mes más tarde por una votación para elegir el Comité Ejecutivo de la OLP.
AP