Jugará la final del Torneo Apertura ante el Deportivo Táchira el domingo en Maracaibo y el 30 en San Cristóbal
Al final serán uno de los tradicionales (Táchira) y un emergente (Zulia) los protagonistas de la final del torneo Clausura del fútbol profesional, sin lugar a dudas con los mayores méritos luego de la larga campaña de ronda uno contra todos y el fulminante octogonal definitivo.
Los partidos de vuelta de semifinales, en buena parte, arrojaron un balance distinto a lo esperado. Porque Atlético Venezuela, goleado 3-0 en San Cristóbal, presentó tan dura oposición y le puso tantas ganas al regreso que estuvo cerca de igualar en el “Brígido Iriarte” en un emocionante 3-2 que sorprendió a los mismísimos andinos, ahogados casi en su área ante el empuje de un cuadro que de esa manera cerró una muy loable campaña en el Clausura.
Privó, eso sí, el rodaje de la visita, que si bien pareció acusar los efectos del viaje y el partido previo, pudo mantener la ventaja mínima para acceder a una final que tiene bien ganada por la forma como fue creciendo su juego a lo largo del calendario. Y que por ello era lógico candidato.
Del otro juego se consideraba que la diferencia de apenas un gol en favor de Zulia, junto la capacidad goleadora que mostró el Caracas a lo largo de la temporada, le daba a este oportunidad para revertir la semifinal. Nada de eso, se vio superado en toda la línea: Zulia se plantó con oficio, firmemente, con confianza, y a medida que avanzó el cotejo fue imponiendo su planteamiento y su capacidad, con ofensivas en profundidad y poniendo en jaque la portería capitalina.
Si en Maracaibo ganó 1-0, ahora puso un 2-0 con total merecimiento, porque su defensa se bastaba para contener, su media y delantera hilaban con solvencia para mantener la sensación de superioridad, en medio de un equipo que tenía menos la pelota pero generaba más peligro, frente a otro que se perdía en la horizontalidad y no mandaba más allá de la media cancha.
De muy buena factura el primero gol, de Jefferson Savarino, un cañonazo a media altura, imparable, que ya restó fuerza al Caracas (entonces necesitaba 2 para igualar), bien ejecutado por Luciano Guaycochea el penal a William Díaz que virtualmente liquidó la semifinal, y excelente jugada individual de Robert Hernández por el Caracas, pero cuando ya necesitaban 4 para seguir en liza. Un potente tiro libre de Mea Vitali (cuando el 0-1) fue respondido con gran dificultad por Edixon González, sin que Edder Farías pudiera rematar. Y allí se fueron las esperanzas de los avileños.
La final comenzará el domingo, en Maracaibo, con la vuelta será el miércoles en San Cristóbal. Buena oportunidad para Zulia, que ya ganó la Copa Venezuela y muestra un equipo joven, impetuoso, ya colocado entre los mejores del fútbol profesional. Será el choque del grupo emergente contra un rival de jerarquía, por su historia de antes y ahora, por su combinación de la experiencia con el ímpetu de su gente de renovación.