“Ni colorados ni verdes… el respeto del derecho ajeno, es la paz”
Mario Moreno (Cantinflas)
Cesáreo José Espinal Vásquez
cjev@cantv.net
La película “Su Excelencia”, protagonizada por el genial humorista, payaso y filósofo Mario Moreno (Cantinflas), es un clásico del cine y es un justo legado político vigente en todos los tiempos, aplicable a “los colorados como a los verdes, los amarillos, los blancos, negros y cobrizos”.
En su discurso, el Embajador debe dar su voto para la gran báscula política en el foro mundial. Comienza alertando que la humanidad se enfrenta a la misma humanidad. Humanidad que reclama, que sufre, que pide, que ruega y llora clamando justeza. Cantinflas no vota en esa asamblea ni por el socialismo-marxista y tiránico ni por la democracia-capitalista y salvaje.
Es Cantinflas, su excelencia justocrática, anhelando una sociedad justa hacia el ideal social para un mundo mejor, en el cual debe valorarse la buena voluntad y la conciliación, el bien común, la justicia y la seguridad.
Aclara que solo habla de los procedimientos del marxismo y el capitalismo, no de sus ideas que son respetables, pero se abrazan ambos en la incomprensión y en el odio.
Asienta que los colorados (marxistas) hablan del amor al proletariado, pero les niega el derecho fundamental de la huelga, la libertad de conciencia y trata de eliminar a Dios por decretos. Sus procedimientos son desastrosos. Los verdes (capitalistas) son soberbios aunque hablan de paz, pero imponen el culto al dinero, sucumbiendo en el materialismo, pensando solo en el negocio. Sus procedimientos no son lo más bondadosos. Esos medios no pueden justificar sus posibles fines. De todos somos hermanos, idealizados por la liga de los justos a todos, somos proletarios del “presídium político del gobierno”, harapientos y hambrientos de pan y salud, pordioseros del socialismo marxista.
Ese noble e inolvidable discurso de Cantinflas en “Su Excelencia” es una declaración de principios morales y éticos para todas las ideologías políticas, económicas, sociales y aún religiosas. Es la doctrina política de lo justo. El individualismo, el culto a la persona, la demagogia, la burguesía capitalista y marxista, la corrupción, el abuso desenfrenado del erario público, la persecución, la tortura, el crimen, el secuestro a la justicia, la compra de conciencia, la anarquía, el desorden de los servicios públicos, el hostigamiento a la oposición, la inseguridad, entre otros descalabros tanto de la democracia capitalista como del socialismo marxista, quienes ni son socialistas ni democráticos éticos y humanistas, sino por el contrario, aquellos, los colorados marxistas, pretendiendo teñir de rojo a todo y los verdes capitalistas, manoseando el dinero.
Concluye el discurso el admirado Cantinflas recordando aquel de Galilea, hace 2.000 años, que dijo: “Amaos los unos a los otros”, pero entendimos: “Armaos los unos contra los otros».