No hay acuerdo sobre la celebración de un referendo revocatorio o sobre un adelanto de elecciones, pero si hay entendimientos sobre otras aspectos, aunque se discute sobre el ritmo de aplicación de los convenios ya alcanzados
Al dejar de asistir la representación del Gobierno a las reuniones de varias comisiones técnicas de la mesa de diálogo pautadas para el martes pasado, algunos medios digitales dedujeron que este sector había decidido retirarse definitivamente de las negociaciones y titularon de esa manera. De inmediato, se generó una cierta confusión, puesto que no se tenía conocimiento de que algún vocero gubernamental hubiese dado declaraciones en ese sentido.
Posteriormente, el Gobierno dio a conocer que la inasistencia a las reuniones de ese día no significaba que se le ponía fin al diálogo y señaló que no estaba planteado retirarse de la mesa. Vale destacar que, por su parte, ante la posibilidad de que no se continuara con los trabajos de la mesa de diálogo, la reacción de la MUD fue de rechazo a que esto pudiera ocurrir. Incluso, se llegó a condenar cualquier actitud que pudiera poner en juego la continuidad de las negociaciones. De este modo, se desmienten los rumores según los cuales la oposición tenía decidido retirarse por desacuerdos sobre varios aspectos.
Luego de este episodio, puede decirse que tanto el Gobierno como la oposición han renovado su confianza en el diálogo, lo que fortalece la mesa. Ahora bien, es natural que en cualquier negociación se avance en unas materias y otras no. Como se sabe, no hay acuerdo sobre la celebración de un Referendo Revocatorio o sobre un adelanto de elecciones, pero si hay entendimientos sobre otras aspectos, aunque se discute sobre el ritmo de aplicación de los convenios ya alcanzados.
También hay que recordar que la mesa se ha instalado luego de la decisión de la dirección de la MUD de dar un viraje en su línea política y pasar de la estrategia de desalojo inmediato de Nicolás Maduro de la presidencia y de la rebelión anunciada por sus dirigentes a otra, enmarcada dentro del concepto de “larga marcha a través de las instituciones”. En este cuadro, lo esencial es lo referido a los próximos procesos electorales: gobernadores y alcaldes en 2017 y presidenciales en 2018. Es un camino no solo electoral sino también institucional, dentro del sistema vigente, que apunta a una alternancia a mediano plazo.
Si esto es así, es muy probable que la mesa de diálogo tenga un largo trabajo por delante, en la medida que hay numerosos puntos que acordar en la perspectiva de las presidenciales de 2018, en particular la probabilidad cierta de una alternancia cuyas condiciones pueden ser previamente concertadas bajo alguna modalidad de cohabitación. Trabajar sobre este escenario es uno de los puntos clave de la mesa de diálogo, junto al de los problemas económicos. ¿Alguien se saldrá de la mesa?
Leopoldo Puchi