Hablaron por primera vez. Lamia, la empresa aérea dueña del avión del club brasileño Chapecoense que sufrió el fatal accidente con 71 muertos, salió al paso de las especulaciones. Y lo hicieron responsabilizando al piloto de la aeronave.
El director general de la compañía, Gustavo Vargas. afirmó que el conductor de la aeronave, Miguel Quiroga, «tenía la opción de cargar combustible en Bogotá en caso de sufrir un desabasto», según declaró al canal boliviano Unitel.
El director de Lamia indicó que inicialmente estaba previsto que la aeronave recargue combustible en la ciudad boliviana de Cobija, fronteriza con Brasil, pero que ese plan quedó descartado por falta de tiempo.
«Tenemos alternativas, una alternativa cercana era Bogotá y si él (el piloto) veía que tenía una deficiencia de combustible, él tenía toda la potestad de entrar a reabastecer», dijo el ejecutivo. Agregó que «lastimosamente no pudimos reabastecer en Cobija, que era el punto inicial, porque al no haber logrado el vuelo desde Brasil, tuvimos que contratar otro chárter y se nos hizo tarde, Cobija no trabaja en la noche», agregó.
A esto Vargas añadió que el piloto «toma la decisión de no entrar (a Bogotá) porque pensó que le alcanzaba el combustible. Se trata de un piloto de mucha experiencia que hizo su entrenamiento en Suiza», de acuerdo con otras declaraciones publicadas este miércoles por el Diario Siete de Bolivia.
«Tenemos que investigar por qué tomó la determinación de irse en forma directa a Medellín», remarcó según el medio.
Una investigación al respecto está en curso por las autoridades colombianas a las que se sumarán técnicos de la boliviana Dirección General de Aeronáutica Civil. «Tenemos que investigar por qué (el piloto) tomó la determinación de irse en forma directa a Medellín», sostuvo Vargas.
La investigación se realiza a partir de «las pruebas técnicas, documentales y de rigor» del avión siniestrado que transportaba al Chapecoense de Brasil, una aeronave Avro RJ85 que se estrelló el lunes en la noche en una remota zona a 3.300 metros de altura cuando estaba llegando a su destino en el aeropuerto de Rionegro, a las afueras de Medellín, reportó un comunicado de Aeronáutica Civil de Colombia.
Su director, Alfredo Bocanegra, declaró en su país que «no se comprende cómo si estaba sin combustible no se declaró en emergencia».
El avión se precipitó a tierra con 77 personas a bordo: 68 pasajeros y nueve tripulantes, de los cuales han sobrevivido seis: tres futbolistas del Chapecoense, una auxiliar de vuelo, un técnico de vuelo y un periodista, todos internados en clínicas cercanas a Rionegro. EN
MMijares