Apoyó a Hugo Chávez en su etapa inicial y, luego de deslindarse de sus ideas, ha criticado la política oficial durante los últimos 17 años
“Las águilas no cazan moscas” era un mantra que utilizaba el presidente Hugo Rafael Chávez Frías para soslayar o posponer una polémica con algún rival político. Y lo recordamos ahora porque la doctora en ciencias sociales y célebre polemista Margarita López Maya inicialmente intentó dejar de lado una respuesta directa al virulento artículo “López Maya y la dictadura” de Miguel Ugas, publicado el domingo 27 de noviembre en la edición de La Voz.
Ella directamente evadió glosar o responder al susodicho articulista, alegando que la situación política estaba muy polarizada y no quería añadir más agua al molino, pero ante la insistencia del reportero, la profesora López Maya, en su residencia, dijo que el mencionado texto de Ugas presentaba “una serie de mentiras y medias verdades, pero el principal problema que tiene es que se trata de una análisis estático, donde se plantea que si yo apoyé al chavismo en el año 1999, qué me paso después, como si el chavismo no hubiese evolucionado y la que cambió fui yo, es como si el chavismo hubiese seguido siendo democrático y popularmente sensible ante las necesidades de la población y todas esas cosas que de alguna manera ilusionaron a gran parte del pais a fínales del siglo XX”.
Evolución del chavismo
–¿Se quedó estático el chavismo? ¿No evolucionó?
–Todo lo contrario, el chavismo evolucionó hacia una dictadura. El chavismo inicialmente se apropió de un proyecto sobre la democracia participativa y la descentralización, que era un proyecto de la sociedad venezolana que surgió en los 80 y el cual se estaba discutiendo en los años 90. Y el sector emergente que encabezaba Chávez se apropió de ese proyecto, que a los otros sectores políticos venezolanos no les interesó. Eso gustó y votamos por él. Chávez inicialmente cumplió porque a la nueva Constitución, la de 1999, se incorporaron esos principios. Pero a medida que Chávez fue fortaleciéndose en su poder personal y aupado por el fracaso del paro petrolero y sobre todo cuando se quedó con todo el poder de la Asamblea Nacional, fue cuando Chávez cambió, porque no estaba plenamente contento con ese proyecto de la democracia representativa ni tampoco con el proyecto de la descentralización. Y comenzó a cambiar todo y en la campaña del 2006 anunció que ese modelo ya no servía y había que ir hacia un socialismo del siglo XXI.
–¿Qué pasó con usted, en lo político y en lo conceptual?
–Yo cambié por esos cambios de Chávez, especialmente lo del socialismo del siglo XXI, porque eso no era un proyecto de la sociedad venezolana y además el socialismo estaba muy desacreditado por todo lo que había pasado en Europa. Y durante esa campaña dijo cosas que me alarmaron: una fue lo de la elección indefinida del Presidente de la República, que me parecía poco democrática. Yo lo critiqué en mi columna y recibí por supuesto su regaño porque puse en duda su valor nada democrático e incluso me dijo que cambiara de lentes, eso a mediados del mes de enero de 2007. Y desde entonces me fui desilusionando del chavismo por todo lo que se puso en marcha. Así fue como el chavismo marchó hacia la dictadura.
–¿Ugas en su artículo la señala a usted como defensora de la dictadura?
–No, lo que él dice es que yo ahora digo que esto es una dictadura, después de que yo había dicho que esto era muy democrático. Él no analiza que todo este proceso político tuvo un cambio de unos 180 grados, el cual se fue agravando hasta la muerte del presidente Chávez y con eso está la llegada de Maduro; ahora estamos en otra fase del autoritarismo.
–¿Qué pasa con Maduro?
–Estamos en otra fase de ese proceso hacia la dictadura, después de haber utilizado impunemente todo el aparato del Estado para llegar al poder con solo 200 mil votos de ventaja. Además él no tiene el carisma de Chávez; él acentúa el autoritarismo del proyecto chavista, donde ya no hay nada de socialismo y durante este año definitivamente acentuó su autoritarismo. Y por eso en este año uno puede considerar que ya esto es una dictadura.
–¿Por qué una dictadura?
–En diciembre de 2015 la Asamblea Nacional fue capturada por la oposición en unas elecciones abiertamente democráticas y en enero del 2016 el chavismo, convertido ahora en madurismo, comienza a horadar los atributos y las facultades que tiene ese cuerpo legislativo y empieza el acoso por intermedio del Tribunal Supremo de Justicia, que se convierte en su bufete, y hace señalamientos de fraudes y termina exigiendo la desincorporación de los diputados elegidos en el estado Amazonas. Y hemos llegado a finales de este año y la ilegalidad se ha convertido en una supuesta legalidad. Después viene un Decreto de Excepción que le da a Maduro poderes dictatoriales y así evade a la Asamblea Nacional hasta llegar a aprobarse el Presupuesto Nacional del año 2017.
–¿Cuál es la definición de dictadura?
–Para el mundo occidental, en el mundo romano, el Senado podía darle poderes dictatoriales a una persona para que enfrentara una emergencia y esa autorización duraba seis meses, durante los cuales los senadores delegaban todos sus poderes legislativos y dejaban el poder en manos de ese dictador. Esa es una dictadura clásica. En América Latina se presenta una situación de dictadura cuando nos cercenan el derecho al voto, como ha ocurrido en Venezuela, como lo hizo el poder electoral y algunos jueces para suspender el proceso del Referendo Revocatorio y además posponer las elecciones regionales y municipales hasta que ellos quieran.
–Finalmente, su antagonista Miguel Ugas la involucra en una especie de componenda o proceso metodológico puesto en marcha por un supuesto ideólogo o agente de la CIA. ¿Qué dice usted sobre eso?
–El alude a un señor Gene Sharp, a quien yo no conozco, ni lo ubico. Es una vinculación gratuita y polarizada de este señor.
E.A. Moreno-Uribe