Una vez concluidos los estudios científicos para la identificación plena de tres de las doce víctimas de la masacre de Barlovento, los familiares acudieron a la morgue de Bello Monte a retirar los cuerpos y sepultarlos en sus localidades.
A finales de noviembre entregaron 9 cadáveres y quedaron pendientes otros tres, cuyos familiares tenían dudas. Debido al estado de descomposición por el tiempo transcurrido, estaban irreconocibles. Zulay Hernández dudaba que aquel cuerpo que le estaban entregando fuera el de su hermano Freddy Hernández.
Ella insistía en que Freddy tenía los dientes incisivos superiores separados y no le faltaban piezas dentales.
Ayer fue a la morgue a hacer los trámites para retirar el cuerpo.
La Unidad de Criminalística Contra la Vulneración de Derechos Fundamentales de la Fiscalía General determinó mediante pruebas de comparación genética, que los tres cuerpos correspondían a Freddy Hernández, Antonio Aladejo y Jairo Rivas.
Freddy fue detenido el 16 de octubre cuando estaba comiendo mandarinas en Aramina, El Café, junto con dos primos, quienes fueron liberados y nunca volvieron a ver a Freddy, quien laboraba de mototaxista.
“Solo promesas”…
En medio del dolor por la pérdida del familiar, los parientes aún esperan que el Gobierno los indemnice, porque además del estudio socioeconómico solo han recibido promesas.
El viernes de la semana pasada llegaron a Caracas con la esperanza de ver al presidente de la República, fueron atendidos en la Defensoría del Pueblo y les dijeron que el primer mandatario estaba quebrantado con una crisis de asma.