El gobierno de transición que busca consolidarse es un gobierno que mantendrá la política del régimen precedente, por lo que una vez más se fortalece la tendencia gatopardista en Italia
Tal y como estaba previsto, sin reacciones exageradas ni violentas del sector opositor que lograran estremecer ni poner en jaque al país, después del triunfo del No en el referéndum italiano, el presidente Sergio Mattarella designó un sustituto de Matteo Renzi para encabezar el Consejo de Ministros del gobierno de transición y seleccionó a un miembro del mismo Partido Democrático.
Los nuevos comicios han sido planificados para el mes de mayo del año 2018 y el Primer Ministro electo es Paolo Gentiloni, identificado en los medios como un comunicador social, Ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno de Renzi, católico y comunista; es decir, ideológicamente ubicado en tendencias extremas dentro de un partido de centro-izquierda. Varios de los ministros de Renzi continuarán ejerciendo sus funciones dentro del nuevo gobierno y los cambios efectuados son mínimos.
La oposición en Italia está integrada por una gran variedad de partidos políticos dentro de los cuales se destacan Forza Italia, de Silvio Berlusconi, la Liga Norte de Matteo Salvini y el Movimiento Cinco Estrellas, de Beppe Grillo, los cuales, según los sondeos de opinión realizados, eran partidarios del No en el referéndum promovido por Matteo Renzi. La oposición se abstuvo de participar en la Cámara de Diputados para ratificar y apoyar al nuevo gobierno liderizado por Gentiloni y muchos de sus miembros cuestionan su legitimidad.
¿Qué buscaba Renzi al promover un referéndum como el que se celebró en Italia? Pues introducir cambios en el sistema político italiano, con miras a fortalecer el Poder Ejecutivo y disminuir el poder del Senado para agilizar los procesos legislativos, con lo cual evidentemente estaban en desacuerdo los integrantes del Poder Legislativo. No solamente los sectores de la oposición estuvieron en contra de los cambios propuestos, sino sectores de la izquierda del mismo Partido Democrático.
Todo parece indicar que el único enemigo político a vencer por las distintas fuerzas en pugna dentro de este proceso, era el mismo Matteo Renzi, quien renunció como había prometido hacerlo, una vez que aprobaron el presupuesto del próximo año.
El gobierno de transición que busca consolidarse es un gobierno que mantendrá la política del régimen precedente, por lo que una vez más se fortalece la tendencia gatopardista en Italia, como expresara Giuseppe Tomasi di Lampedusa, los cambios se introducen para que todo siga igual y la continuidad fortalece la institucionalidad del orden establecido.
Seny Hernández
Profesora de la Escuela de Estudios Internacionales (FACES-UCV)