Un policía turco vestido de paisano asesinó el lunes al embajador ruso en Turquía al grito de «Alepo» y «Allahu Akbar» (Alá es Grande), un incidente que Moscú calificó de «acto terrorista».
El embajador Andrei Karlov sucumbió a sus heridas tras el ataque, que tuvo lugar durante una exposición fotográfica y la víspera de una reunión crucial entre los ministros de Relaciones Exteriores ruso, turco e iraní sobre el conflicto sirio.
Los presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el ruso, Vladimir Putin, en declaraciones separadas, calificaron este asesinato de «provocación» para entorpecer la normalización de las relaciones entre los dos países, iniciada en agosto después de una grave crisis diplomática.
Los dos mandatarios hablaron por teléfono poco después del ataque.
Imágenes televisivas mostraban al atacante, vestido con una traje negro, camisa y corbata, empuñando una pistola y gesticulando en un centro de exposiciones en Ankara, donde el veterano diplomático estaba inaugurando una muestra sobre fotografía rusa.
Otras tres personas resultaron heridas en el ataque, según los medios turcos.
AFP