Realmente el pueblo venezolano, específicamente el de menos recursos económicos, está viviendo una Navidad triste, sufriendo gracias a una complicada situación
La actual temporada navideña en Venezuela se ha visto notablemente opacada por la crisis socioeconómica, que afecta a millones en el país suramericano. En este contexto cabe preguntarse: ¿qué pueden celebrar los venezolanos en esta época, al menos los que creen en la Navidad (no todos festejan este periodo)?
Realmente el pueblo venezolano, específicamente el de menos recursos económicos, está viviendo una Navidad triste, sufriendo gracias a una complicada situación, caracterizada por
el altísimo costo de la vida. La liberación brutal de precios decretada por el Gobierno “revolucionario” de Maduro, en favor del alto sector empresarial local y foráneo, está destrozando el bolsillo de millones de ciudadanos, a quienes alcanzan los salarios solo para medio satisfacer las necesidades básicas. ¿De qué han servido los aumentos de sueldo, considerando que la elevada inflación convierte en sal y agua los ingresos de las masas?
Asimismo, la escasez de alimentos regulados y subsidiados, mientras que el costo del resto de la comida sube como la espuma. Para colmo los famosos Clap se caracterizan por estar limitados en cuanto a la distribución y por la corrupción reinante (desvío y reventa de alimentos).
Escasez de medicamentos, incluso los de uso frecuente, como analgésicos, antiinflamatorios, antibióticos y antihipertensivos. A esto hay que agregar la crisis de la salud pública, que refleja el estado lamentable en el funcionamiento de los centros de salud “gratuitos», en especial por la inexistencia de insumos y reactivos, y por las malas condiciones de equipos útiles para la realización de exámenes varios. ¿Cómo es posible, por ejemplo, que en numerosos ambulatorios no haya siquiera guantes quirúrgicos ni reactivos necesarios para pruebas hematológicas básicas? ¿Cuántas personas habrán fallecido cortesía de este terrible panorama?
El repunte de la delincuencia común, debido en gran parte al alto costo de la vida, al elevado desempleo y a la impunidad reinante. Por desgracia, los pobres son quienes por lo general sufren las arremetidas de los hampones, igualmente pobres, quienes no dudan para robar casi cualquier cosa, y algunos en el proceso, no lo piensan dos veces para asesinar a sus víctimas.
La insuficiencia de dinero en efectivo. Tras sacar de circulación legal el billete de cien bolívares (al momento de redactar este artículo, el Gobierno Nacional anunció que circularía nuevamente), y no poner a circular los billetes de nueva denominación, el Gobierno de Maduro originó una enorme preocupación en el pueblo, desesperado por no poder adquirir alimentos y otros rubros, y obligado a soportar enormes filas en los bancos para depositar miles de millones en billetes de cien.
Entonces, ¿qué ganas de celebrar la Navidad (quienes la festejan) puede tener el pueblo humilde de Venezuela?
Rubén Alexis Hernández
aporrea.org