La medida desesperada y torpemente aplicada es tan solo una de las «incongruencias» entre el decir y el hacer de este gobierno
Otro «27F», pero en un poblado pequeño. En toda Venezuela, sectores de la población han salido enardecidas por la acción del gobierno que nadie entiende, pero todo el pueblo sufre. La medida tomada por el gobierno, sin caer en mayor explicación, al fin y al cabo fue una maniobra que pretendía unos resultados financieros para mejorar la situación económica en diciembre y garantizarle espacio de maniobrabilidad, sacar liquidez de la calle, intentar detener la inflación, devolver efectivo a la banca pública y privada, controlar el papel moneda y retomar el control para disponer la colocación del billete de más alta denominación, como algunos de los resultados que obtuvo el gobierno con la medida tomada; todo esto con la excusa de unas mafias, que no decimos que no sea verdad, pero que ese impacto no era significativo y lo demuestra el mismo gobierno cuando dice que ha recuperado mas del 70 % de los billetes de 100 en circulación.
La medida desesperada y torpemente aplicada es tan solo una de las «incongruencias» entre el decir y el hacer. El gobierno pretendió, sin tener aún los billetes en la mano que el BCV, distribuir rápidamente el nuevo cono monetario en todo el país. Tamaña instrucción es digna de Ripley. El resultado de la cadena de decisiones que muestran soberana improvisación sirvieron de detonante a la nueva explosión social, esta es muy parecida a la “semi insurrección” popular del 27f, con muertos, heridos, negocios saqueados y desbordamiento de las fuerzas de seguridad del Estado.
Si las protestas no han trascendido no es por el retroceso del gobierno de reactivar la circulación del billete de 100 y su improvisación de decretar su salida, sino por la inexistencia de una dirección política revolucionaria que canalice el descontento hacia grandes, unificadas y centralizadas movilizaciones que den al traste con el paquetazo de austeridad económica que nos están aplicando.
El gobierno de Maduro se tambalea, y la única fuerza política capaz de tumbarlo se queda quieta y no llama a la movilización organizada contra la medida de sacar de circulación los billetes de cien para no abrir una crisis política de igual o peores dimensiones que la del 27F. Esa fuerza es la MUD, que realmente no quiere la caída del gobierno, sino negociar la transición y en eso están. Finalmente, la decisión de la vuelta de los billetes de cien no es una incongruencia del gobierno, sino el subproducto de la fuerza del descontento social mostrado ahora no en Caracas, sino en Ciudad Bolívar, Maracaibo, La Fría, Guasdualito, Barquisimeto y unas cuantas ciudades más. Las masas le acaban de propinar una derrota al gobierno de Maduro, que, asustado, anunció que el billete de cien ahora tendría vida hasta el 2 de enero. Adiós al golpe a las mafias anunciado por Maduro, quedan los heridos, los muertos.
Por un Congreso Nacional de Trabajadores con el cual podamos construir un plan anticrisis para los trabajadores y el pueblo contra la burguesía, sus partidos y su gobierno.
Por un frente de organizaciones socialistas revolucionarias, que luche consecuentemente contra la crisis capitalista y su gobierno irresponsable e improvisador. Unamos fuerzas para construir el partido socialista revolucionario de los trabajadores.
Dora Pinto
aporrea.org