Las autoridades sirias acusaron este domingo a «grupos terroristas», la expresión con la que se refieren a los rebeldes, de envenenar el agua de Damasco de forma deliberada.
El Gobierno de Bashar al Asad cortó el viernes el suministro de agua potable a la capital, tras afirmar que grupos rebeldes habían envenenado pozos y tuberías.
La compañía de aguas de Damasco aseguró en un comunicado que detuvo el suministro a raíz de «ataques terroristas en todas las fuentes de agua que alimentan» la capital y sus alrededores.
«Cortaron el agua hace tres días», dice Rasha, ama de casa de 51 años. «Podemos vivir sin electricidad, pero no podemos vivir sin agua».
Para hacer frente a la penuria, la compañía de aguas indicó que bombearía agua en distintos barrios de la ciudad, con arreglo a un plan publicado en su página web.
AFP