Norverto Gómez Fuentes, de 31 años de edad, fue interceptado por sujetos por identificar que le dispararon para robarle el arma de reglamento y su moto particular.
En medio de la celebración de la Noche Buena, luego de compartir con sus seres queridos, un funcionario de la Policía del Estado Miranda fue asesinado en la urbanización Costa del Río, ubicada en el sector Santa Rita, municipio Linares Alcántara, en Maracay, estado Aragua.
El director-presidente del referido organismo de seguridad estadal, comisario general Elisio Guzmán, explicó en una nota de prensa que de acuerdo a la investigación preliminar, el oficial agregado Norverto Gómez Fuentes, de 31 años de edad, fue interceptado por sujetos por identificar que le dispararon para robarle el arma de reglamento y su moto particular.
«Las primeras investigaciones nos indican que aproximadamente a las cuatro de la mañana el policía abordó su moto particular con el fin de trasladar a su pareja a su residencia. Luego de dejarla, al retornar de vuelta al sitio donde se efectuaba la reunión con sus familiares, fue atacado con disparos a nivel del rostro que le ocasionaron la muerte de manera instantánea. Al oficial lo despojaron de su vehículo de dos ruedas y de la pistola orgánica, marca Glock.», precisó Guzmán.
El jefe policial expresó su profundo pesar por esta nueva pérdida de un funcionario a manos de grupos armados que «no tienen límites, ni mucho menos detienen su acción delictiva, ni siquiera en días que son para compartir en familia, de alegría y celebración».
«El oficial agregado Norverto Gómez Fuentes, ingresó a las filas de la Policía del Estado Miranda en el año 2008, tenía apenas ocho años de servicio, pero siempre demostró sus ganas y vocación para servir a la ciudadanía. Hoy, en plena Navidad, tenemos que pasar por este dolor de despedir a un compañero. Lamentamos con profunda tristeza lo ocurrido. Llevaremos, junto a los familiares, compañeros y amistades, tristeza y luto en el corazón», destacó Guzmán.
El comisario general destacó que Goméz Fuentes es el funcionario número ocho de este cuerpo de seguridad caído en manos del hampa en el 2016, uno más que el saldo que dejó el año 2015.
«La muerte de cada efectivo nuestro significa un golpe para la organización y desesperanza para quienes compartían de cerca la vida de esa persona. Hemos llorado cada partida, pues entendemos que estos hombres y mujeres son indispensables en sus núcleos familiares, pero sobre todo para una sociedad que poco a poco se va quedando sin quienes hacen una buena diferencia en favor de la justicia», concluyó.