Viviendas peligran por socavación de Río Grande, entre otros problemas que vienen aquejando a la población
Continúa existiendo preocupación entre los habitantes del populoso sector Brisas de Cupo de la parroquia Bolívar del municipio mirando de Zamora, tal y como lo reseñábamos en edición publicada al cierre del pasado año 2016, debido a una serie de problemas que vienen confrontando y que no se le ve solución o al menos ayuda para tratar de solventarlos.
En su momento así lo informaba el líder social, Arcenio Ortega, quien insistió en que se les hicieran mejoras a la zona.
Un poste
Ortega llegó a expresar para el diario La Voz que desde hace varios meses un poste con cableado de alta tensión está deteriorado y al borde de caerse el cual puede provocar una tragedia y a pesar de llamados a los amigos de Corpoelec, estos han sido pasados por alto y la preocupación reina ya que pueden quedar sin servicio de luz eléctrica por varios días además, se dijo.
Derrumbe peligroso
Otro de los problemas es el relacionado con el derrumbe de un muro que protege a una larga franja donde se ubican las viviendas construidas y cedidas por el Gobierno Nacional y esto lo ocasionado la crecida de Río Grande que poco a poco sigue con furia llegando hasta los patios de las referidas casas.
Ante esta situación hacen un llamado al Ministerio de Transporte y Comunicaciones a fin de que se realicen trabajos que eviten el derrumbe de la vera y por ende asimismo el puente que pasa por el sector de la autopista Gran Mariscal de Ayacucho el cual poco a poco también se va destruyendo sobre todo sus bases y muros de contención, sin verse trabajos de mantenimiento.
¿Y la basura?
Asimismo destaca Ortega, el problema de la basura donde el camión a pesar del pago religioso no pasa, obligando al vecindario deshacerce de esos desechos lanzandolos al afluente o depositando en un lugar donde la contaminación y el peligro de deterioro en la salud es inminente.
Por ultimo manifiestan que las bolsas del Clap son un alivio para los vecinos de Brisas de Cupo, pero las mismas llegan cada dos meses y los habitantes tienen que hacer milagros para adquirir los productos y alimentar a la familia fuera de la zona lo que genera angustia y desesperación, se dijo finalmente.
Jairo Garzón Romero j.jgarzon.r@hotmail.com