A juicio del reconocido técnico del basquet en el municipio Plaza, reflexionar socialmente acerca del papel de los entrenadores podría ser de gran utilidad en estos tiempos
«Es único gremio que aunque no le paguen o devengue un salario paupérrimo no deja de trabajar ni hace huelga es el gremio de entrenadores, y eso ocurre porque siempre pensamos en el bienestar del atleta y nunca lo perjudicamos, aunque por eso tengamos que sacrificarnos y pasar penurias, por eso abusan de nuestra buena fe, sin importar que no tengamos beneficios».
Lo anterior pertenece a un extracto del artículo escrito y publicado por el técnico especialista en basquet y directivo de la Fundación Deportiva Mirandina, profesor Marshall Ollarvides, a propósito de la tarea del entrenador en este y todos los tiempos, dentro de la sociedad venezolana.
Ollarvides afirmó querer servir de vocero de colegas suyos en el municipio Plaza del estado Miranda e incluso en el resto del territorio nacional, para que de alguna manera este tema salga a la palestra y pueda lograrse una sana matriz de opinión.
En cada encuentro
«Este tema siempre sale a colación cada vez que intercambiamos ideas de trabajo, de cómo ralizarlo con mejor efectividad y caemos en el tema del bienestar o beneficios que tenemos o no, y encontramos que la gran mayoría se encuentra en condiciones deprimente. Todos coincidimos en que nuestros atletas tienen que tener beneficios y mucha atención por parte de la autoridades que les corresponda, según su nivel ya que en su mayoría vienen de sectores donde su poder adquisitivo es muy difícil o nulo y son los que traen las glorias para toda Venezuela, que todos celebramos sin distingo de ningún tipo», indicó.
Agrega el reconocido director técnico que «(…) Hay una realidad muy cierta, y es que sin entrenadores no hay atletas que rompan marcas con nuevos récord, ni equipos campeones estadales nacionales e internacionales. Para eso los entrenadores de cualquier nivel tiene que irse capacitando constantemente, entender las fases de entrenamientos micro, meso y macro ciclo, que incluso cuando hay proyección de posible medalla la responsabilidad es mayor por del entrenador, incluso es sometido a un riguroso seguimiento de su plan de alto rendimiento, para que este no tenga fallas y sea de fiel cumplimiento, porque si hay sobreentrenamiento o faltan cargas de trabajo, es culpa del coach», dice.
Para Marshall Ollarvides «en todos los niveles se acuerdan de nosotros sólo en la misa del deporte o en otros momentos especiales, pero un lapso muy corto y hasta allí llega el reconocimiento. Todos los gobernantes se hacen la fotos con los atletas producto de nuestro trabajo, cosa que es normal y le dan beneficios que respaldamos como becas, asistencia médica, odontológica, material para su uso personal y para hacer que su rendimiento competitivo sea mas apto, pero el entrenador que tiene que trabjar un año completo por lo menos 330 días y siempre actualizándose para tener un margen de error mínimo, no goza de beneficios plenos, sólo algunos son contratados, pero mal pagados y otros no devengan ningún bonificación por su trabajos y mucho menos seguridad social».
¿Y los ocupa-cargo?
Finalmente Marshall Ollarvides refirió en medio de su artículo de reflexión que: «En los municipios, en los estados y a nivel nacional existe una serie de personas disfrutando de un salario que les pagan por una labor que no realizan y lo peor es que los gerentes de esas dependencias están claros de que no son personas aptas para la labor que se les encomendó; pero además de no hacer nada para mejorar esa situación, los dejan ocupando cargos y obteniendo unos beneficios que bien serían para los que realmente hacen el trabajo durante todo el año. Ojala que se reivindique la labor del entrenador y sean contratados con un salario justo que pueda cubrir condiciones mínimas de vida como debe ser, por que además de prepaprar atletas de selecciones, también somos para la comunidad salud preventiva y seguridad ciudadana de prevención del delito», culminó.
Janeth Solórzano
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