El episcopado mexicano exigió a las autoridades la búsqueda de un sacerdote desaparecido desde el 3 de enero.
El padre Joaquín Hernández Sifuentes es un cura párroco en el estado norteño de Coahuila, asolado por la violencia de los cárteles del narcotráfico.
Aunque no queda claro si su desaparición se trata de un delito, la Conferencia del Episcopado Mexicano dijo que «el crimen y la violencia destruyen lo más sagrado que tenemos: la vida».
Se suponía que Hernández iba a tomar unas vacaciones cortas a partir del 3 de enero, según la diócesis de la ciudad de Saltillo.
Pero un amigo cercano no logró ponerse en contacto con él telefónicamente ese día. Horas antes esa misma mañana, un vecino vio a dos hombres jóvenes llevarse el automóvil del sacerdote, pero a él no lo vio con ellos.
El amigo fue a la residencia de Hernández en la iglesia y encontró su habitación desordenada, con el armario y los cajones abiertos y ropa en el piso, lo cual es inusual en el clérigo, quien es muy limpio y ordenado, señaló la diócesis.
AP