El gabinete de Trump es el más blanco y el más rico en décadas. Incluye a un solo negro y por primera vez en casi 30 años, a ningún hispano
El outsider multimillonario Donald Trump prestó juramento este viernes como 45° presidente de Estados Unidos y anunció que blindará las fronteras del país a los inmigrantes y lo protegerá de «los estragos» provocados por el libre comercio.
La altanera exestrella televisiva de gran jopo dorado y sin ninguna experiencia política, que sucedió en las riendas de la primera potencia mundial al demócrata Barack Obama, dijo que privilegiará siempre los intereses estadounidenses.
«La ceremonia de hoy tiene un significado muy especial porque no estamos meramente transfiriendo el poder de un gobierno a otro, o de un partido a otro. Estamos transfiriendo el poder de Washington DC y devolviéndoselos a ustedes, la gente», dijo Trump, que prometió asimismo erradicar «el terrorismo islámico radical».
Lamentó que Estados Unidos «enriquezca a industrias extranjeras» y «subsidie ejércitos extranjeros».
Los aliados tradicionales de Estados Unidos observan al magnate inmobiliario neoyorquino con inquietud: tras una divisiva campaña, el republicano Trump, de 70 años, llega a la Casa Blanca con la menor popularidad de un nuevo presidente en cuatro décadas.
Protesta violenta
La capital del país fue tomada por decenas de miles de simpatizantes que agitan banderas estadounidenses y calzan gorros de béisbol en lo cuales se lee «Devolver la grandeza a EEUU», el eslogan electoral de Trump, pero también por manifestantes contra el racismo, los derechos de la mujer y los inmigrantes.
La mayoría de las protestas fueron pacíficas, pero al menos una terminó en violencia: decenas de manifestantes, muchos vestidos de negro y encapuchados, lanzaron piedras, quebraron vidrios de varios comercios y un banco y fueron dispersados por la policía con gases lacrimógenos, constataron periodistas de la AFP.
Tras el discurso de Trump, Obama abordó con su esposa un helicóptero de la Marina para dirigirse a la base Aérea de Andews y desde allí dejar Washington luego de ocho años en la Casa Blanca.
Trump promete unificar al polarizado electorado, pero esto se contradice con sus constantes ataques a detractores, generalmente por Twitter: de la prensa a la actriz Meryl Streep o al héroe de los derechos civiles John Lewis, de las agencias de inteligencia a la canciller alemana Angela Merkel o a Europa.
En el frente diplomático surgen grandes dudas. Los líderes del planeta se interrogan sobre cómo interpretar sus declaraciones, contradichas muchas veces por sus futuros ministros sobre las relaciones con Rusia o el acuerdo nuclear iraní.
México, castigado
El gabinete de Trump es el más blanco y el más rico en décadas. Incluye a un solo negro y por primera vez en casi 30 años, a ningún hispano, lo cual le ha valido fuertes críticas de la primera minoría del país, con más de 55 millones de personas (17% de la población).
La ausencia de hispanos en el gabinete no es sorprendente para un presidente que promete deportar a entre dos y tres millones de inmigrantes sin papeles, construir un muro frente a México y cobrárselo a los mexicanos, quizás a través de impuestos a las remesas de inmigrantes.
También quiere renegociar o eliminar el TLCAN, el acuerdo de libre comercio con México y Canadá, así como el Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (del que son signatarios Chile, México y Perú, entre otros), medidas que junto a la pérdida de inversiones pueden arrastrar al vecino del sur de Estados Unidos a una recesión en 2017.
Trump también podría dar marcha atrás en el acercamiento con La Habana impulsado por Obama y todo indica que será más agresivo con Venezuela./AFP