No hay nada más peligroso que un tigre cuando se ve acorralado, se torna más agresivo y de cuidado, de manera que se coloca en modo de sobrevivencia
Key Medina
aporrea.org
El gobierno, en su obsesión por mantenerse en el poder, ha desarrollado un aparato represor con el beneplácito vergonzoso del Tribunal Supremo de Justicia que me hizo recordar a la infame “ley patriota» o guerra preventiva que alguna vez lanzó George Bush hijo, medida en la que todo el mundo podía ser sospechoso de conspirador o golpista junto con su triste frase célebre: estás conmigo o contra mi.
Nicolás Maduro, consiente de su débil gobierno, se radicaliza más. No hay nada más peligroso que un tigre cuando se ve acorralado, se torna más agresivo y de cuidado, de manera que se coloca en modo de sobrevivencia. No son casualidad las últimas movidas ministeriales ejecutadas hace poco, colocando nada más y nada menos que la pléyade del estalinismo puro en lo más alto del poder, enviando así un mensaje a todo aquel que ose a oponérsele.
Ya se escuchan rumores de los próximos candidatos a reos por parte de Maduro. Entre esos nombres estarían el compañero Nicmer Evans, politólogo y destacado articulista de la página aporrea.org, y el general Miguel Rodríguez Torres, cuyo delito es hacer críticas a la clase política mediocre que nos dirige. Pero estoy seguro que esa lista es más amplia, en Aporrea somos muchos más quienes no sentimos temblor en los dedos para ir al teclado de la computadora para alzar nuestra voz y expresar nuestro descontento. Es decir, los próximos en la lista podríamos ser los que criticamos en Aporrea.
¿Pero cuál sería el antídoto ante eso? No amilanarnos, porque somos conscientes que opinar no es delito. Así que estemos tranquilos con nuestra conciencia. Tristemente, nuestra democracia ha retrocedido. Estamos ahora discutiendo cómo rescatar el derecho al voto de nuevo, el protagonismo del pueblo o la democracia participativa ha muerto con Nicolás Maduro. Tenemos, los que nos encontramos en el medio, los que no nos sentimos representados ni por la MUD ni por el PSUV, que encontrar una nueva vía por el bien de esta gran nación que bien vale la pena luchar por ella.
¡No al comando fascista antigolpe y el cercenamiento de la opinión! Sigamos escribiendo, pero por ahora, así estamos.