Como presidente en funciones, la primera reunión de Donald Trump con un dignatario extranjero fue el viernes con la primera ministra británica, Theresa May
El presidente de Estados Unidos, el magnate republicano Donald Trump, conversó por teléfono desde la Oficina Oval de la Casa Blanca con líderes mundiales, como sus homólogos ruso Vladímir Putin, y francés François Hollande, la canciller alemana Angela Merkel o los primeros ministros de Japón, Shinzo Abe, y de Australia, Malcolm Turnbull.
Luego de una semana como presidente, Trump habló este sábado por teléfono con líderes mundiales en medio de una creciente alarma internacional generada por sus anuncios para limitar drásticamente la inmigración musulmana en Estados Unidos.
Estas conversaciones dan a Trump una oportunidad de explicar sus nuevas políticas contra refugiados e inmigrantes, que han conmocionado a gran parte del mundo, particularmente su decreto para frenar temporalmente las llegadas de refugiados e imponer controles estrictos a viajeros de siete países musulmanes, mencionó AFP.
Estas llamadas también le permiten empezar a desarrollar vínculos con estados que han sido aliados tradicionales de Estados Unidos, así como con Rusia, un país con el que Trump afirmó estar dispuesto a mejorar las relaciones durante su mandato.
Trump llamó a Merkel desde su escritorio en la Oficina Oval de la Casa Blanca en Washington y hablaron durante 45 minutos, precisó Spicer.
La conversación había despertado una gran expectativa debido a que Trump había calificado en una entrevista como un «error catastrófico» la decisión de la jefa de Gobierno alemana de acoger a cientos de miles de refugiados, con vistas al riesgo del terrorismo.
Además, la Casa Blanca informó que Trump habló este sábado por teléfono con su par ruso Vladimir Putin, y con el presidente francés, François Hollande.
Previamente, el presidente estadounidense había mantenido una conversación telefónica con el primer ministro de Japón, Shinzo Abe. Los líderes de Estados Unidos y Japón expresaron el deseo de reforzar el comercio bilateral, indicó la Casa Blanca.
Polémica migratoria
La medida sobre la inmigración musulmana cumple con una de las promesas más controvertidas de la campaña, cuando Trump dijo que iba a contener la inmigración de varios países musulmanes que, según él, suponen una amenaza terrorista para Estados Unidos, y someter a los viajeros de esas naciones a «investigaciones extremas».
El decreto suspende el programa estadounidense de acogida de refugiados durante al menos 120 días, mientras se concreta el futuro sistema de verificación de visas.
También prohíbe la entrada a Estados Unidos de viajeros procedentes de países de mayoría musulmana -Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen- durante 90 días.
Detenciones en marcha
Las autoridades no perdieron tiempo en implementar la orden de Trump para frenar la llegada de musulmanes, reteniendo a viajeros en aeropuertos estadounidenses a pocas horas de que se firmaran las nuevas medidas, según informaron este sábado medios locales.
El diario The New York Times señaló que agentes aeroportuarios empezaron el viernes por la noche a detener a viajeros, después de que se anunciara el decreto.