No existen entrenadores sin atletas, ni buenos atletas sin entrenador
Por: Marshall Ollarvides
No queremos atletas «estrellas estrellados», deseamos atletas que trabajemos juntos para conseguir el triunfo que nos llena de gloria, y haremos historias que todos recordarán siempre, para conseguir el triunfo que nos llenará de glorias, y haremos historias que todos recordarán siempre.
Es imposible imponer marcas, ni ganar juegos sin la preparación adecuada para asistir a un evento donde el atleta desea estar en el podiúm de vencedores, como mínimo en los tres primeros lugares. Es de allí que tiene el atleta que estar consciente que para llegar a la competencia y tener éxito hay que prepararse por meses y años, por que existen muchos factores que tienen influencia directa en los resultados.
El entrenamiento visible e invisible está sujeto a una rigurosa supervisión constante del entrenador y su cuerpo auxiliar que coadyuvan esfuerzos buscando el máximo rendimiento del atleta, donde el binomio atleta-entrenador es inseparable y poder así buscar con elementos reales resultados optimistas optando entre los mejores o ser el mejor de la competencia. Pero existen varios tipos de atletas que hacen la diferencia entre una y otra posibilidad de gloria o derrota.
Existen atletas que se esfuerzan siempre y dan un poco más del máximo buscando superar los objetivos planteados en cada sesión, esto representa un peligro, ya que se expone a lesiones graves y otras irreversible o a sobreentrenamiento, perdiéndose el talento en su totalidad.
Otros que sí cumplen estrictamente con lo planificado y quieren exigirse más o bajar un poco la carga de trabajo, la interactúa con su entrenador, siempre buscando la perfección de su preparación.
Existe también el atleta que se niega a cumplir con rigurosidad el plan de trabajo porque piensa que la meta está lejos y todavía le queda tiempo para vacilar y vagar, mientras llega la competencia, y cuando se dan cuenta se les hizo, entonces quieren hacer lo que hicieron con anticipación, causando caos emocional y crisis nerviosa; teniendo esto como resultado situaciones sumamente negativas a lo que se esperaba.
Otros que se sienten con el derecho de variar y decidir cuándo se entrena y cómo deberían competir. Estos atletas virales hay que separarlos de toda posibilidad competitiva por muy buenas cualidades que tenga, e integrarlos si es posible o no, cuando entiendan la verdadera filosofía del deporte que es disciplina y respeto por el deporte; y todo lo que representa para el país que lo respalda y sobretodo respeto a sus compañeros y entrenadores. Los atletas tienen que ser y aprender a tener humildad, para poder soportar su ciclo de entrenamiento disciplinadamente y tener una mejor relación interpersonal con sus compañeros de equipo, además todos los que lo rodean y están pendiente de sus resultados, ya que es una figura pública admirado por muchos.