El Gobierno ruso aumentó este lunes el presupuesto del Mundial de fútbol Rusia 2018 hasta los 638.800 millones de rublos (unos 10.500 millones de dólares) tras dos años de recortes debido a la recesión económica.
El decreto gubernamental estipula un aumento del gasto en los preparativos mundialistas de 19.100 millones de rublos (320 millones de dólares).
El incremento del coste corre a cuenta del presupuesto estatal, con lo que el Estado ruso asume más de la mitad de los gastos (unos 6.000 millones de dólares).
Mientras, los inversores aportarán 196.200 millones de rublos (3.300 millones de dólares) y las regiones que albergarán partidos 92.200 millones de rublos (1.500 millones de dólares).
En su momento, debido a la crisis y la devaluación de la moneda nacional, el Ministerio de Deportes introdujo un recorte del 10 por ciento, optimización que afectó principalmente a los hoteles.
Según el plan maestro, la mitad de los 10.500 millones de dólares se dedicará a la construcción de infraestructuras de transporte -aeropuertos y carreteras-, y un tercio a la construcción de estadios y otras instalaciones deportivas.
El presidente ruso, Vladímir Putin, garantizó en todo momento que, pese a la recesión, Rusia no renunciaría en ningún caso a la organización del Mundial y tampoco escatimaría en gastos para que los aficionados de todo el mundo «se sientan como en casa».
Inaugurados ya varios estadios, como el del Spartak Moscú o el de Rubín Kazán, el comité organizador espera terminar a finales de este año el Luzhnikí, sede de la final mundialista.