Al llegar los últimos votos para los Oscar, Hollywood pone fin a una temporada de premios que ha resultado, de Nate Parker a Mel Gibson, una desconcertante alegoría moral.
Las peripecias han sido insólitas, incluso por tratarse del cine.
Parker, festejado como un seguro receptor del Oscar en el festival Sundance del año pasado, asistió al torpedeo de su The Birth of a Nation como consecuencia de una denuncia por violación en su contra de 18 años atrás. Al tiempo que desaparecía Parker, se produjo el inesperado retorno de Mel Gibson, un paria durante la última década, con su “Hacksaw Ridge”, nominada a seis Oscar, incluidos mejor película y director.
La balanza de la justicia hollywoodense nunca ha sido muy científica, pero pocas veces ha sido tan difícil de interpretar.
El desconcertante cálculo ético ha provocado muchos cuestionamientos a los estándares con que se juzga la mala conducta de las estrellas y los aspirantes a las estatuillas.
Algunas de las contiendas más reñidas de la temporada se dirimen en torno a si un contendiente tuvo la suficiente agilidad para dejar atrás su pasado. Todos coinciden: esos criterios cumplen un papel cada vez más importante en la temporada de premios y en el espectáculo en general.
Star Wars
Luego de que se anunciara el título de la octava entrega de Star Wars, llamada The Last Jedi en inglés, surgieron diversas teorías relacionadas a quién sería «el último Jedi», debido a su traducción. Sin embargo, su traducción en España por lo menos, tal como fue publicado recientemente, hace referencia a más de un caballero.
«Star Wars: Los últimos Jedi», así fue traducida la próxima cinta de Disney con Lucasfilm, según informó el Twitter oficial de la saga en España. Es así como los rumores de a quién hacía referencia , teniendo en cuenta que Luke Skywalker (Mark Hamill) y Rey (Daisy Ridley), por el momento, parecen ser los únicos de la orden en la galaxia.