Es historia repetida. Aquello de que resulta más fácil despedir a un DT que a unos cuantos jugadores. O de que “la culebra se mata por la cabeza” adaptando el nombre del reptil en su moderna acepción de “rollo” o complicación.
Es lo sucedido con Trujillanos y Portuguesa, tempranamente rezagados en la tabla, en la cual ocupan los lugares antepenúltimo y penúltimo, ambos con un empate.
Luego de 3 y dos derrotas, andinos y llaneros decidieron despedir a Darío Martínez y Horacio Matuszyczk. Ya los primeros tienen en Valera al sustituto, el argentino Cristian Ferlauto, quien llegó acompañado de sus asistentes Marcos Flores y Walter Mastandrea y ayer se esperaba una decisión de la directiva portugueseña.
El problema, sin embargo, no se cumple solamente con el relevo de los técnicos. Porque, es la impresión general, todo comienza a la hora de las contrataciones, de cubrir los puntos débiles para afrontar un certamen cuya característica inicial es el equilibrio entre muchos equipos.
Portuguesa ha logrado apenas un gol en 4 partidos y ha recibido 6, mientras Trujillanos presenta balance de 2 y 8. Duro trabajo el que espera a los nuevos ocupantes del banquillo. Y seguramente los cortes no quedarán allí. AN