Cuando en 1900 su marido, Mads Sorenson, murió por causas misteriosas, el único síntoma que se le notó fue un ligero dolor en el pecho la noche antes de su fallecimiento. En la partida de defunción los doctores redactaron que sufrió un ataque al corazón
La mañana del 28 de abril de 1908, la granja de Belle Gunness comenzó a ser devorada por las llamas de un fuego intencionado. En ella se encontraban Belle, de 48 años y sus tres hijos.
Un peón, Joe Maxson, trató de salvarlos, pero no los encontró ni respondieron a sus gritos. Los vecinos fueron acudiendo e intentando ayudar hasta que se hizo evidente que nadie podía permanecer con vida dentro de la bola de fuego en la que se había convertido el hogar de los Gunness.
El cadáver de Belle apareció sin cabeza, por lo que los pobladores pensaron que se trataba de un asesinato y que la víctima era la pobre viuda y sus pequeños hijos. Sin embargo, la explicación de lo ocurrido no iba a ser tan sencilla, pues esta mujer encerraba un gran secreto: una terrible vida llena de los crímenes más despiadados.
La asesina
Belle Poulsdatter nació en 1859 en Trondhjeim, Noruega. Con 24 años decidió buscar una vida mejor y se fue a Estados Unidos. En Chicago conoció a su primer marido, Mads Sorenson, un hombre conservador, deseoso de formar una familia. No pudieron concebir hijos, así que adoptaron tres niñas: Jennie, Myrtle y Lucy.
Tuvieron la mala suerte de que su casa y su pequeño negocio se quemasen, quedando milagrosamente sus residentes a salvo. La tienda, que solo ocasionaba pérdidas, proporcionó una buena ganancia cuando se cobró el seguro. En 1900 murió de repente Mads y Belle cobró dos pólizas de seguro de vida.
Se trasladó a La Porte, Indiana, y empleó el dinero del seguro en una granja. Allí contrajo matrimonio con Peter Gunness, quien falleció al poco tiempo porque un gran triturador de carne de hierro se había caído en su cabeza. Un vecino comenzó a interesarse por la hija de Belle, Jennie, quien de repente desapareció, porque, supuestamente, se fue a estudiar a la Universidad en San Francisco.
Después apareció en la vida de Belle un hombre llamado Ray Lamphere, carpintero de 30 años que contrató para que le ayudase en la granja en 1907. Fue a vivir a la granja y se convirtió en su amante. Sin embargo, en las navidades de 1907, Belle apareció con un nuevo hombre, con quien pensaba casarse. Se llamaba Andrew Helgelein, pero tras retirar un dinero del banco junto a su amada desapareció.
Para ayudarla con la cosecha de primavera, Belle contrató a Joe Maxson. Parece que con este empleado no mantuvo relaciones sexuales. Hubo una época tranquila en la vida de Belle, pero pronto el celoso amante Lamphere comenzó a amenazarla, lo que la obligó a denunciarlo.
En abril de 1908, Belle visitó un abogado para hacer su testamento. Le dijo que temía que Lamphere acabara con su vida y en concreto creía que podía una noche quemar su casa. Decidió dejar sus propiedades a sus hijos o, en caso de su muerte, a un orfanato.
Efectivamente, el incendio ocurrió. Ray Lamphere fue encontrado cerca de la granja, por lo que se convirtió en el principal sospechoso y fue detenido, pero durante el juicio empezaron a surgir dudas sobre la extraña forma en que habían desaparecido los hombres vinculados con Belle.
Para encontrar las respuestas, se comenzó a excavar en los escombros de la granja. Los resultados fueron sorprendentes y terribles. Apareció una caja torácica humana, un brazo esquelético, un esqueleto completo y varios relojes de hombre. Poco a poco fueron apareciendo varios cuerpos, uno de ellos el de Andrew Helgelein, que fue reconocido por su hermano y otros cuatro cuerpos: dos hombres y dos mujeres. De las dos mujeres, una era, obviamente, Jennie. La pobre chica no se fue a estudiar, como Belle había difundido, sino que fue asesinada por su madre.
También se encontraron los cuerpos de otros dos hombres vinculados con Belle y muchos más. Todos los cadáveres se encontraban desmembrados y resultó especialmente duro el descubrimiento de los restos mortales de un niño de corta edad. Ante todos estos hechos, comenzó a cuestionarse que sus dos maridos hubiesen muerto de forma natural.
Tras el incendio, Ray Lamphere manifestó que hasta que no se demostrara que la mujer sin cabeza era Belle, podía plantearse como algo creíble que ella matara a sus hijos, dejase el cuerpo de otra en su lugar, cortándole la cabeza para que no pudiera identificarse, y escapara de allí.
La cabeza no apareció, por lo que surgieron muchísimas dudas sobre si la macabra asesina estaba viva o muerta. Ray Lamphere fue condenado a prisión, pero murió un año más tarde de tuberculosis.
En 1931, una anciana conocida como Esther Carlson fue detenida en Los Ángeles por envenenar a un hombre para conseguir su dinero. Dos personas que conocían a Belle sostuvieron que se trataba sin duda de ella, pero existieron dudas acerca de la veracidad de esas identificaciones. Esther Carlson murió esperando que se celebrase el juicio.
Toda una leyenda
Belle se convirtió en una leyenda durante décadas y muchos afirmaron haberla visto en diferentes ciudades como San Francisco, Chicago, Nueva York o Los Ángeles. En algunas fuentes consultadas se sostiene que finalmente llegó a demostrarse que el cuerpo calcinado y decapitado pertenecía a Belle. Otras, sin embargo, mantienen que no existen pruebas concluyentes para afirmarlo.
Edda Pujadas