Perú intenta recuperar, muy lentamente, la normalidad tras las inundaciones de los últimos días y este domingo sus autoridades enviaron los primeros cargamentos con ayuda humanitaria a las zonas más afectadas, sin bajar la máxima alerta por el riesgo de que nuevas lluvias repitan los desastres en los próximos días. El último reporte oficial elevó los daños personales registrados desde diciembre a 69 fallecidos, 170 heridos, 12 desaparecidos, 72.000 damnificados y 580.000 afectados, además de puentes destruidos y cortes en el suministro de agua y electricidad en zonas de las principales ciudades del litoral peruano, reseñó la agencia de noticias española EFE.
Las autoridades peruanas instalaron en la capital diversos puntos para recoger donaciones de productos de primera necesidad, y uno de ellos está en Palacio de Gobierno, a cargo de la primera dama, la estadounidense Nancy Lange
Perú intenta recuperar, muy lentamente, la normalidad tras las inundaciones de los últimos días y este domingo sus autoridades enviaron los primeros cargamentos con ayuda humanitaria a las zonas más afectadas, sin bajar la máxima alerta por el riesgo de que nuevas lluvias repitan los desastres en los próximos días.
El último reporte oficial elevó los daños personales registrados desde diciembre a 69 fallecidos, 170 heridos, 12 desaparecidos, 72.000 damnificados y 580.000 afectados, además de puentes destruidos y cortes en el suministro de agua y electricidad en zonas de las principales ciudades del litoral peruano, reseñó la agencia de noticias española EFE.
El nuevo informe elevó en siete las víctimas mortales, todas ellas fallecidas el viernes en un deslizamiento de tierra que sepultó dos furgonetas y dos autobuses en la provincia andina de Otuzco.
El Gobierno de Perú, cuyos ministros se han repartido entre las distintas zonas afectadas para coordinar la emergencia, destinó la primera ayuda recolectada a las norteñas regiones de Tumbes, Piura, Lambayeque y Ancash, donde en conjunto suman más de 66.000 damnificados.
La ayuda fue enviada en buques militares y pesqueros ante la imposibilidad de hacerla llegar por vía terrestre, ya que la carretera Panamericana Norte, que comunica Lima con Ecuador, está cortada por la destrucción de cuatro puentes, uno de ellos colapsado hoy.
Desde el puerto limeño del Callao zarpó anoche la fragata Quiñones, de la Armada peruana, con 30 toneladas de agua y otros productos de primera necesidad para Huarmey, en Ancash, donde no hay electricidad por la inundación de la subestación de esa localidad.
El buque también lleva un helicóptero para rescatar a personas aisladas por las aguas, que alcanzan en algunos el medio metro, incluido su hospital.
Otro buque de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) se encuentra listo para partir a Piura con 300 toneladas de víveres, ropa y agua, entre otros productos, y se espera que en los próximos días salga otro barco hacia Chimbote, a unos 400 kilómetros al norte de Lima.
La Fuerza Áerea del Perú (FAP), por su parte, ya trasladó a unos 1.400 damnificados en puentes aéreos desde Lima con las ciudades de Trujillo, Chiclayo, Piura y Jauja, entre otras.
En la capital peruana, la situación es dispar, pues las zonas orientales de la ciudad, como Chosica y Carapongo, en Huachipa, amanecieron por segundo día consecutivo anegadas por el desborde del río Rímac, que cruza Lima hasta desembocar en el océano Pacífico.
Sin embargo, la mayoría de distritos de la capital lleva más de un día sin suministro de agua potable, ya que el exceso de lodo, piedras y otros residuos como maderas, que dejan los corrimientos de tierras sobre el cauce, impiden el procesamiento del agua para repartirla a sus habitantes.