¿Cuál es el apuro del secretario general para llevarse por el medio y dar un golpe a la presidencia del Consejo Permanente OEA, presidida por Bolivia?
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, señalo que «es absolutamente inadmisible que el desenfreno autoritario que ha llevado al Gobierno de Venezuela a abandonar la democracia a través de un autogolpe de Estado, y a situarse al margen de la legalidad constitucional interamericana, se vuelque una vez más en represión contra su propio pueblo».
Almagro comete de nuevo errores, igual que el historiador Tácito, que documentó con desaciertos la quema de Roma por Nerón.
Almagro se concentra solo en Venezuela y obvia por completo el incendio de la sede del Congreso en Paraguay por la ley de reelección presidencial, no se expresa por los más de cien mil desempleados que ha dejado una política hambreadora del nuevo presidente de Argentina, no se inmuta con los estudiantes desaparecidos en México y menos con el muro de miseria que se instalará en la frontera, no opina de las 800 manifestaciones diarias en Brasil envuelta en una política de corrupción que está acabando con el sectores de la manufactura y la tecnología, vitales para su desarrollo con el desempleo llegando al 12,4% este año.
¿Qué es lo que en verdad motiva a Almagro para asumirse como el nuevo candidato de la oposición venezolana?
¿Cuál es el apuro de Almagro para llevarse por el medio y dar un golpe a la presidencia del Consejo Permanente OEA, presidida por Bolivia? ¿Cuáles son los intereses reales que están detrás de Almagro?
El problema real como venezolano no es Almagro, son los que están detrás de la intervención extranjera, ya que son evidentes las amenazas y agresiones contra nuestra soberanía y autodeterminación.
La estrategia evidente de Almagro es empezar por un intervencionismo humanitario, donde uno o varios Estados miembros de la OEA nos invadan, haciendo uso de la fuerza, con el pretexto de proteger a la población venezolana sin derechos, hambre, pobreza, inseguridad y emergencia sanitaria.
Lo que obvia la oposición venezolana es que una intervención humanitaria no es una intervención pediátrica. Esta se realiza con el uso de las fuerzas armadas, es decir, de ejércitos invasores con tácticas temporales que se vuelven siempre permanente.
Almagro y la oposición floja venezolana quieren una intervención militar para controlar al gobierno y eso como venezolano es inaceptable.
Carlos Vicente Torrealba
aporrea.org