“La libertad no se mendiga, sino que se conquista con el filo del machete”
José Martí
Según el Diccionario de la Lengua Española, libertad es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una u otra manera, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos; también es una condición del que no está preso, ni es esclavo.
Hoy Venezuela vive y siente cómo cada día se pierde más la libertad. En otros casos, el miedo permite que muchos prefieran ser esclavos antes que luchar por ser libre. Ahora bien, debemos tener claro que la lucha que los venezolanos debemos y tenemos que dar para reconquistar nuestra soberanía y libertad debe y tiene que ser bajo los patrones que contempla nuestra Constitución Bolivariana.
Lo primero que debemos hacer es procurar, por los medios lícitos y legales, que el régimen que gobierna nuestro país no use la Constitución como una excusa para aplicar conceptos que en ella no se determinan. Pero hacer que se respeten los derechos solo se logrará con un pueblo en la calle reclamando, realizando las denuncias correspondientes en todas las instituciones de nuestra nación. Y si en ellas no dan resultados tendríamos que dirigirnos a las organizaciones internacionales encargadas de hacerlos valer; como ejemplo citaremos solo dos de esas organizaciones: la Organización de Estados Americanos (OEA) y/o la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La libertad es reverenciada como un derecho fundamental y a la vez representa un valor, por ser sus propiedades, cualidades o características de una acción, una persona o un objeto, considerados típicamente positivos o de gran importancia. Los valores los encontramos en diversos ámbitos como en la filosofía, la religión, la ética y la moral, elementos que han de darle vida a lo que conocemos como la libertad.
Al establecer la libertad como un derecho fundamental en la vida de los seres humanos, tenemos que reconocer que el hecho de ser libre forma parte de la naturaleza humana. Asimismo, hay que estar claros que no existe una libertad absoluta, ya que las personas se ven condicionadas por sus propias capacidades y su entorno, para poder ejercer su derecho de libertad.
Debemos aceptar que la libertad individual se debe ejercer con respeto y responsabilidad moral y que la misma termina cuando comienzan los derechos de los otros ciudadanos que conviven en una nación.
A pesar de que la libertad tiene características y derechos fundamentales del ser humano, esta se ve, en muchos casos, condicionada por factores externos que impiden la realización de la persona, conservando el derecho de realizar todo aquello que se considere necesario para reconquistarla y que no prohíban las leyes que rigen en el país donde se encuentre.
Expresado lo anterior, queremos dejar claro que esa libertad de la que tanto se habla y se dice en Venezuela, no se cumple.
Para muestra un botón vemos que nuestro derecho de circulación es cercenado por el régimen venezolano cada vez que la oposición anuncia una marcha en defensa de la libertad; o en otros casos, simplemente, los cuerpos represivos del Estado venezolano actúan en forma violenta y desconsiderada violando todos los acuerdos y derechos que asisten a la oposición de expresar su desacuerdo por la forma absurda y hasta ridícula en que actúan los actuales gobernantes.
Los hechos recientes, en el ámbito de la aplicación de la Carta Democrática que se debate en La OEA, han demostrado la total incapacidad de enfrentar el problema diplomáticamente; todos los funcionarios que han tomado parte en el asunto exponen sus argumentos insultado y ofendiendo a los individuos y organizaciones que toman parte en el problema.
En otra oportunidad seguiremos debatiendo el tema, ya que no tenemos más espacio para seguir hablando del mismo, pero no queremos concluir sin preguntarles a nuestros lectores:
¿está usted de acuerdo o no que se le aplique al actual régimen la Carta Democrática?
Salomón Benshimol R