Artículos escritos para La Voz por los profesores de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela. La responsabilidad de las opiniones emitidas en sus artículos y Notas Internacionales es de los autores y no comprometen a la institución.
La sociedad de control
La tecnociencia contemporánea, que traspasa los límites de la condición humana, desarrolla toda una gama de tecnologías que rompe con las fronteras espaciales y temporales que delimitan la existencia
Franklin González
En el marco de la sociedad de control de este siglo XXI, donde se asiste al paso de los modelos analógicos a los modelos digitales y con ello al modelamiento de los cuerpos y las subjetividades, la ética y la verdad se encuentran en una encrucijada.
La tecnociencia contemporánea, que traspasa los límites de la condición humana, desarrolla toda una gama de tecnologías que rompe con las fronteras espaciales y temporales que delimitan la existencia. El hombre de hoy no solo es manipulable sino que también se presenta como un hombre extendido mediante variados ejemplos, uno de los cuales –y quizás el más representativo- lo constituye Internet y las redes sociales (Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, MySpace, Flickr, Pinterest, MySpace, Google+ y blogs, entre otros) con múltiples identidades.
Internet es un medio de comunicación que transforma los modos de circulación de la información, porque tiene repercusiones culturales, económicas, sociales y políticas en la comunidad global generando nuevas formas de sociabilidad. Hoy se ha constituido en el medio principal por la velocidad y la facilidad de acceso e intercambio de información, datos de todo tipo, y por su carácter omnipresente y global. Es, además, un medio caótico, multidimensionado con autoridad desdibujada y donde -a diferencia de la televisión o los diarios- cualquier sujeto puede, en principio, publicar libremente, hasta extremos como muestra Michela Manzano en La Muerte como espectáculo. La difusión de la violencia en internet y sus implicaciones éticas (2010), narra los casos de videos que muestran la fría ejecución por degollación de cientos de prisioneros occidentales en Irak o en Afganistán, como si se tratara de un estado de absoluta barbarie y que la autora identifica como “realidad-horror”.
El usuario es, más que en ningún otro medio, concebido como consumidor-productor. El yo que habla y se muestra incansablemente en la web es al mismo tiempo autor, narrador y personaje.
Por otra parte, el idioma que está predominando en internet son los emojis o emoticones, que no son más que figuritas sin ningún tipo de fronteras, expresando y representando cualquier tipo de emociones o pensamientos a través de pequeñas imágenes. Son una secuencia de caracteres del teclado que se utiliza para transmitir una emoción (la sonrisa, el guiño, el que expresa asombro o el sarcasmo y la tristeza o para enviar besos).
Estas figuritas representan lo que la palabra ya no dice o no se puede o quiere decir. De allí que todo sujeto (rico, pobre, negro, rubio, blanco, con acceso a la educación o no, inmigrante o nativo) se convierte en un sujeto descentrado, esto es, sujeto en proceso, inmerso en una realidad no real sobre quien se imprimen efectos de realidad.
Estos emoticones/emojis se han convertido en el medio perfecto para la comunicación con personas de cualquier parte del mundo, porque traspasan las fronteras idiomáticas, o inclusive con nuestros propios amigos/enemigo cuando simplemente no existe la necesidad de escribir un montón de palabras para expresar algo que se indican con figuritas.
¿Son nuevos modos de encuentros y de relaciones sociales de la sociedad de control? ¿Qué pasa con el sujeto: se desdibuja, se ausenta o se esconde detrás de los emoticones? ¿Dónde queda la ética y dónde queda la verdad en esta sociedad de control?
Nota Internacional
Historia y precedentes de la CDI
Fidel Canelón F.
La Carta Democrática Interamericana constituye quizás el capítulo más importante en la consolidación de la cultura y la institucionalidad democrática de los países que forman parte del continente americano. Aprobada en 2001, durante la gestión de César Gaviria como secretario general de la OEA, señala en su artículo 1: “Los pueblos de América tienen derecho a la democracia y sus gobiernos el derecho a promoverla y defenderla. La democracia es esencial para el desarrollo social, económico y político de los pueblos de las Américas”. La formulación de estos principios, fue, sin embargo, producto de una larga evolución, si tomamos en cuenta que en la Carta original de la OEA, aprobada en 1948, apenas contenía menciones muy generales sobre la democracia representativa. En el Protocolo de Buenos Aires (1967), donde se hizo la reforma más amplia de la organización, no se tocó mayormente el tema democrático. Fue en el Protocolo de Cartagena de Indias (1985), donde se introdujo por vez primera la posibilidad de una acción colectiva en caso de estar en peligro la democracia. Este principio sería luego desarrollado con más claridad en el Protocolo de Washington (1992), el precedente más inmediato y fecundo de lo que sería la Carta Democrática Interamericana.