Los vecinos de El Valle vivieron una noche difícil, cruenta. En poco más de tres horas sufrieron con el humo de las bombas lacrimógenas y presenciaron furiosos ataques al comercio local
La parroquia El Valle amaneció este viernes bajo una calma muy tensa, luego de una noche en la cual sus habitantes sufrieron el horror, la furia, los saqueos, los enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas del orden público; una noche de muerte.
Tras la intensa jornada, las calles de la parroquia amanecieron este viernes militarizadas, mientras la gente intenta reponerse, sin salir de su asombro, sin dejar de tener miedo, deseando que algo así no vuelva a suceder. «Aquello parecía una guerra civil, una cosa de película, que uno cree que solo puede ver en la televisión o en el cine», contó una vecina que presenció lo que pudo desde la ventana de su edificio, mientras el humo de las bombas lacrimógenas le desgarraba sus vías respiratorias.
«Todo comenzó con un cacerolazo tan fuerte que me asustó mucho, me dio mucho nervio», dijo la señora, quien pidió anonimato. «Aquello fue estruendoso; pasaban las 9 de la noche».
Al poco rato de iniciar el cacerolazo llegó un contingente de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana y Policía Nacional Bolivariana y comenzaron a lanzar bombas a los edificios. «No sé si fue en respuesta al cacerolazo, pero a algunos vecinos les cayeron las bombas dentro de sus viviendas», explicó. «En medio de la barbarie, se escuchaban detonaciones incesantes, como si estábamos en una guerra y vi gente que empezó a bajar del cerro», agregó.
«En medio de la plomamentazón, los manifestantes se enfrentaron a los agentes del orden y luego atacaron a los comercios, cometieron sus desmanes sin que nadie lo evitara», recordó. «Lo que bajó del cerro fue un ejército de gente, un mar de gente, que saqueó a todo el mundo, a grandes y pequeños comerciantes, sin resistencia por parte de los efectivos de la Guardia Nacional, que se colocaron cerca del Centro Comercial, como para protegerlo. Y nadie lo tocó».
Los vecinos se sintieron contrariados con la actuación de la Guardia Nacional. «Cuando llegaron subieron al cerro, entraron hasta allá y después bajó ese mar de gente a atacar los comercios de la zona. ‘El Mercadito’ quedó prácticamente devastado», se quejó.
Edward Sarmiento
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