Bajo presión por opositores y países críticos, el gobierno de Venezuela obtuvo el lunes un respiro en Estados Unidos, donde la Corte Suprema falló en contra de una empresa petrolera estadounidense expropiada en 2010 por el entonces presidente Hugo Chávez.
En su fallo unánime, el máximo tribunal rechazó los motivos con los cuales la firma Helmerich & Payne International Drilling Company pretendía entablar una acción judicial contra Caracas.
Con sede en el estado central de Oklahoma, Helmerich & Payne acusaba a Venezuela de haber tomado en forma ilegal once plataformas petroleras, cuando fue expropiada hace siete años.
Venezuela vive actualmente una severa crisis económica agravada por el desplome de los precios del petróleo, principal sector del país, enormemente dependiente de las importaciones.
Estados soberanos
Más modesta en el sector de las plataformas petroleras en comparación con las gigantes Halliburton o Schlumberger, Helmerich & Payne había transportado al país suramericano sus propios taladores y otros materiales de perforación.
Pero Venezuela afirma haberse convertido en propietaria de los equipos, que tenía Helmerich & Payne de Venezuela, filial de la casa matriz estadounidense en ese país.
El gobierno de Chávez tomó medidas en junio de 2010 para evitar la salida de los equipos del país, y en ese momento la firma estadounidense inició acciones legales.
El meollo legal ante la Corte Suprema estadounidense era precisar bajo cuáles condiciones se podía enjuiciar ante un tribunal estadounidense a un Estado soberano, en este caso la República Bolivariana de Venezuela.
Los Estados soberanos generalmente están a resguardo de acciones legales ante las cortes estadounidenses, aunque existen algunas excepciones muy limitadas.
Ramon Sahmkow / AFP